Los mercados otorgan un respiro a la banca y a las grandes empresas
La liquidez del BCE y el éxito en las subastas del Tesoro sirven de catalizadores
A pesar de que desde el punto de vista macroeconómico, España está otra vez en el ojo del huracán –con el paro en el 23%, la recaída en la recesión y el déficit público en el 8%, un nivel muy superior al esperado–, los mercados han otorgado al Tesoro, la banca y las grandes empresas españolas un gran inicio de año. Para empezar, las colocaciones de deuda soberana se están cerrando con una fuerte sobredemanda y a tipos de interés relativamente bajos. En apenas seis semanas, el Tesoro ha captado cerca de 30.000 millones de los inversores e incluso se ha atrevido, como el pasado miércoles, a una subasta sindicada no prevista en el calendario en la que logró 4.000 millones a diez años.
Por parte de la banca, el acceso a la financiación mayorista ha sido más restringido y tímido, aunque ya se han visto colocaciones de deuda sénior –no respaldada por nada más que por la propia entidad–, como la realizada por el BBVA el pasado martes. Aunque aún no han salido al mercado los medianos y pequeños, después de que el Santander iniciara la ronda de colocaciones el 1 de febrero, todos los grandes, excepto Bankia, lo han hecho. El grupo que preside Rodrigo Rato no podía emitir porque nadie lo hace en las semanas previas a presentar resultados y Bankia los anunció el pasado viernes.
Esta circunstancia, la del parón que precede a la publicación de las cuentas anuales, es la que puede afectar ahora al mercado de deuda corporativa, el más sólido en épocas de turbulencias como las actuales, ya que se acerca el momento de que todos expliquen cómo cerraron el 2011. Pero, aunque haya un pequeño parón, parece evidente que los inversores conti- núan estando muy receptivos a los bonos de empresas, sobre todo de las multinacionales del Ibex. Repsol (en dos ocasiones), Iberdrola, Gas Natural y Telefónica ya han pasado por caja. El apetito de los inversores por la deuda corporativa incluye a los denominados high yield –bonos
LA BANCA REAPARECE Los bancos han aprovechado la calma para volver a emitir cédulas y bonos
de alto riesgo–, normalmente en dólares. Codere y ONO han obtenido en las últimas semanas 300 y 1.000 millones de dólares. “En un contexto de dureza para la banca y el bono soberano, el bono corporativo es un refugio”, recuerda Fernando García, director del mercado de deuda corporativa de Société Générale para España y Portugal.
¿Cuáles son las razones de este buen momento en los mercados de deuda? “Las sensaciones están cambiando desde diciembre, gracias sobre todo a las medidas de liquidez adoptadas por el Banco Central Europeo (BCE), que ha provocado la retirada de todos aquellos que tenían posiciones cortas”, explica Juan Garnica, responsable del departamento de originación en España del BBVA.
El pasado 22 de diciembre, la banca europea obtuvo 489.000 millones del BCE y ahora espera la nueva subasta de finales de mes. Junto con esto, Garnica destaca el cambio de Gobierno en España, que da al nuevo Ejecutivo cuatro años para hacer las reformas que piden los mercados. El tercer elemento decisivo ha sido la expectativa de solución definitiva a la reestructuración de la deuda griega.
Nadie es tan ingenuo de pensar que los problemas de fondo se han resuelto. Para Guillem López Casasnovas, catedrático de Economía de la UPF, lo que está ocurriendo es que “de momento los bancos provisionan a futuro o hacen el pequeño negocio de compra de deuda soberana arbitrando tipos de interés (toman prestado en el BCE al 1% y con esos fondos compran bonos). Ello abarata la financiación estatal pero crea un falso espejismo al distorsionar la prima de riesgo de la deuda soberana”. Hay, pues, muchas cosas que corregir. “Se trata de un espejismo que esperemos que alumbre en algún momento una nueva realidad: la recuperación económica gracias al acompañamiento del crédito a nuevos proyectos”.