Los sindicatos pedirán hoy que el Gobierno suavice la reforma laboral
CC.OO. y UGT han puesto en marcha la vieja estrategia de “presión-negociación con el fin de desnaturalizar la dura reforma aprobada el viernes por el Gobierno. Hoy los recibirá la ministra de Empleo, Fátima Báñez, a la que pedirán que acepte sus propuestas durante la tramitación de la ley. Al mismo tiempo, iniciarán un proceso asambleario que desembocará en manifestaciones el próximo domingo.
Los secretarios generales de CC.OO., Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez, han renunciado a una respuesta inmediata con la intención de caldear el ambiente social para forzar al Gobierno a unos pactos de la Moncloa en otoño. La política econó- mica que pretenden imponer fue presentada en el Parlamento a través de la Iniciativa Legislativa Popular en la anterior legislatura. Si el Gobierno se niega a tenerles en cuenta y mantiene la política conservadora, convocarían una huelga general. Como afirma un destacado dirigente sindical, “el Gobierno ha aprobado una reforma sin consultarnos, pero nosotros elegimos el terreno de juego para contestarla ejerciendo nuestro propio derecho”.
Con este ánimo se reúnen hoy con la ministra. Fátima Báñez estima que la reforma ha sido “equilibrada” porque se han respetado sus criterios, porque se han tenido en cuenta sus acuerdos con los empresarios. Así, se mantiene la comisión paritaria para aplicar la flexibilización interna de las empresas y garantizar así su últi- ma palabra, que no la tendrá el empresario sino la comisión bipartita creada al efecto. En segundo lugar, se ha respetado la exigencia sindical de mantener las pymes dentro de la negociación colectiva. También se han evita- do los incentivos para impulsar el trabajo a tiempo parcial y se ha respetado la exigencia sindical de limitarlo a la regulación de las horas extra. Además, se ha eliminado el “despido exprés”, que era el caballo de batalla de los sindicatos y era el último residuo de la reforma del 2002 aprobada por Aznar.
Los sindicatos consideran todo ello insuficiente. En un documento interno, remitido a la organización tras la primera valoración de sus ejecutivas, critican que el Gobierno abarate y facilite el despido. No reduce las modalidades de contratación indefinida; al contrario, crea un nuevo contrato. Afecta gravemente a la negociación colectiva conduciendo a los trabajadores a la negociación individual de sus condiciones de trabajo. Y resuelve el problema de la dualidad del mercado de trabajo reduciendo los derechos de todos los trabajadores a los que precariza. Además, introduce diferencias entre los parados y reduce la calidad de los servicios públicos.