La Vanguardia

Campaña aburrida

El interés por las primarias del Partido Republican­o en EE.UU. decae respecto a años anteriores

- MARC BASSETS Washington. Correspons­al

La prensa estadounid­ense destaca que la actual campaña para la nominación republican­a a la Casa Blanca está dominada por la apatía, la falta de entusiasmo y el desinterés.

Vistas de lejos, las primarias del Partido Republican­o pueden parecer a veces un proceso electrizan­te que durante meses cautiva a la primera potencia mundial, la apoteosis del festival de la democracia estadounid­ense.

La realidad es más matizada. La campaña para la nominación republican­a a la Casa Blanca está dominada por la apatía, la falta de entusiasmo, el desinterés. Incluso entre los conservado­res.

“Me aburre”, resume Doris Haskel, una jubilada que vive en las afueras de Washington y es votante del Partido Republican­o. “Estos días me fijo más en las noticias de Europa que en las elecciones de aquí”.

Y probableme­nte no se equivoque. La evolución de la crisis en Grecia, en España y en Italia quizá influirá más en la reelección del demócrata Barack Obama que si el candidato acaba siendo el favorito Mitt Romney o su principal rival Rick Santorum.

Dos meses y medio después del inicio del proceso de elecciones primarias y asambleas electivas ( caucus), el balance es preocupant­e para el Partido Republican­o. La participac­ión en las primarias es menor que en las últimas

“Me aburre”, dice una republican­a, que presta más atención a la crisis europea que a las primarias

primarias republican­as, en el 2008 y el 2000 (en el 2004 el candidato era el presidente George W. Bush), según un estudio del Centro de Política Bipartita publicado esta semana.

Entre los ciudadanos con derecho a voto en las primarias que se han celebrado hasta ahora, la participac­ión ha sido del 11,5%. En el 2008 fue del 13,2% en los mismos estados. En el 2000, del 12,2%.

El desinterés se refleja en las audiencias televisiva­s. En la noche del supermarte­s, la jornada con diez primarias y caucus, el 6 de marzo, las audiencias de las tres cadenas de actualidad por cable (CNN, Fox News y MSNBC) cayeron casi un 40% respecto al supermarte­s del 2008. The Washington Post destaca que, entre las cadenas generalist­as, sólo la NBC interrumpi­ó su programaci­ón para cubrir el recuento.

La semana pasada, el gran evento en Columbus, la capital de Ohio, no eran las primarias sino un festival de culturismo y otros deportes promovido por el ex gobernador de California Arnold Schwarzene­gger. Durante el fin de semana era él, y no Romney ni Santorum, el político del momento en el estado que concentró toda la atención del supermarte­s.

¿Por qué este desinterés? Las primarias suelen ser cosa de pocos, del segmento más politizado de la población, de los militantes más fieles. Lo habitual es que la mayoría de votantes no preste atención a la campaña hasta unas semanas antes de las elecciones presidenci­ales de noviembre.

Pero hace cuatro años la pugna entre Barack Obama y Hillary Clinton sí electrizó el país, y parte del mundo. EE.UU., tras los años de Bush, deseaba un cambio, y ambos demócratas entusiasma­ban a las bases.

Ahora es distinto. Ningún candidato convence. Y, si Romney acaba siendo el nominado en la convención de agosto, será más por descarte que porque haya seducido a los conservado­res.

¿Un indicio de sus posibilida­des ante Obama? Como señala el Centro de Política Bipartita, “tanto las divisiones en el partido como la falta de entusiasmo por los candidatos a las primarias (...) y la baja participac­ión pueden señalar un declive en la participac­ión de las elecciones generales de este año”.

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EVAN VUCCI / AP Mitt Romney hablando ayer en el puerto de Pascagoula (Misisipi)

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