Sarkozy defiende la legitimidad de la guerra de Argelia
“Francia no puede arrepentirse”, dice el presidente 50 años después de la contienda
La guerra de Argelia, que cincuenta años después de la independencia todavía atormenta la memoria colectiva de argelinos y franceses, entró ayer por la puerta de atrás en la campaña de las elecciones al Elíseo. Nicolas Sarkozy aludió al conflicto, legitimándolo, con ocasión de un acto electoral en Niza con familias de repatriados de la guerra de Argelia – pieds-noirs– y de harkis, los antiguos soldados argelinos encuadrados en el ejército colonial.
“Francia no puede arrepentirse de haber conducido esta guerra”, declaró el presidente francés en una entrevista previa publicada ayer por el diario Nice Matin. “Las operaciones militares llevadas a cabo por Francia en Argelia que, recordémoslo, pertenecía entonces al territorio nacional, fueron entabladas por la República Francesa y conducidas bajo la autoridad de gobiernos legítimos y democráticamente elegidos”, añadió. En opinión de Sarkozy, los abusos y las atrocidades –“cometidas por una parte y por la otra”– deben ser condenadas, pero no la guerra en sí.
Contrario a todo acto de arrepentimiento –lo que no es nada nuevo en él–, el presidente y candidato a la reelección reivindicó la necesidad de que Francia “asuma su historia” en toda su complejidad. Tanto el hecho de ha- ber sido una “potencia colonial” como el de “haber aceptado un proceso de descolonización”. Tanto las víctimas ajenas como las propias. “Los repatriados y los harkis fueron las víctimas de la descolonización”, subrayó Sarkozy, quien recordó que acabada la guerra “se aparcó a los harkis
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E L J E F E D E L E S T A D O
“Las acciones militares fueron conducidas por gobiernos legítimos y democráticos”, afirma
E L A C T O E L E C T O R A L