Lo que cuesta morirse
Es triste que sea debido a la crisis, pero lo cierto es que más de un mesetario envidiará desde ahora esa peculiar forma de administrarse económicamente que en forma atávica nos ha sido adjudicada. El caso es que el incremento de un 13% en el IVA de las pompas fúnebres deja poco margen de maniobra. Vamos que, definitivamente, ya no sale a cuenta morirse. Si creían que así iban a prescindir de nuestros servicios, ciertamente se equivocaban. Ahora sólo falta que el ejemplo y la motivación cundan y, de esta forma, se darán cuenta de que era mejor no congelar las pensiones y dejarnos partir en paz. ANDREU MAIRAL AGUILAR Premià de Dalt