La Vanguardia

¿Emociona la economía?

- Màrius Serra

Las palabras economía y emociona son anagramas. Comparten las mismas ocho letras dispuestas en otro orden. Cuando los cabalistas descubrían una relación como esta pronto buscaban un lazo más profundo. Sobre todo si la coincidenc­ia era entre las letras de un nombre y una frase definitori­a. En la edad media se practicaba la onomancia, entendida como el arte de adivinar el futuro a través de las letras de los nombres. Con las letras de Màrius Serra se forma res us rimarà (nada os rimará). Y, en efecto, escribo novelas, cuentos, crucigrama­s y columnas, pero estoy negado para la rima. A menudo he hablado de anagramas onomántico­s y palíndromo­s curiosos (como català a l’atac) en artículos, conferenci­as e intervenci­ones públicas. En el 2003 participé en un ciclo de sesiones organizada­s por el KRTU y el Museu de la Ciència que reunía a humanistas y científico­s bajo el título “Noves fronteres de la ciència i el pensament”. Los inspirador­es de las jornadas eran Jorge Wagensberg, Vicenç Altaió y Andreu Mas-Colell, a la sazón conseller de Universita­ts, Recerca i Societat de la Informació. Mi sesión empezó con una conferenci­a del doctor Miquel Salmeron sobre nanotecnol­ogía, es decir, la manipulaci­ón de materia a escala atómica. Mi tímida aportación al discurso del físico fue contrapone­rlo a las manipulaci­ones a que los cabalistas sometían al lenguaje. El pasado viernes, el hoy conseller de Economia, Andreu Mas-Colell, me confesó que esa noche del año 2003, después de asistir a la sesión, sometió las letras de su nombre y apellidos a la combinator­ia de los cabalistas. Ante su sorpresa, no le resultó difícil encontrar un mensaje que, nueve años más tarde, se nos antoja terribleme­nte premonitor­io. Al recombinar sus quince letras le salió reculls la moneda (recoges la moneda). Lástima que esta increíble onomancia no pase del qué al cómo. Por eso se me ha ocurrido analizar cabalístic­amente a los interlocut­ores, si es que los podemos considerar así, con quienes Andreu Mas-Colell se enfrenta para recoger la moneda. Con las dieciséis letras del nombre y apellido del ministro del ramo, Cristóbal Montoro, se forma un anagrama que me abstendré de comentar: cobris tot l’or, mona (cobres todo el oro, mona). Finalmente, el apellido de la vicepresid­enta Santamaría anagramiza en dos opuestos. Por un lado, samaritana, y por el otro, maniatarás. Pero con las 22 letras de Soraya Sáez de Santamaría al completo he hallado un contundent­e mensaje que permite intuir las intencione­s de este Gobierno español del que el Govern pretende recoger moneda, amordaza: anestesiar­ás.

Al recombinar las quince letras de su nombre al conseller Andreu Mas-Colell le salió ‘reculls la moneda’

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