La Vanguardia

Barcelona blinda su marca ante malos usos

El Ayuntamien­to reglamenta quién y cómo podrá utilizar la denominaci­ón de la ciudad pero no cobrará

- RAMON SUÑÉ Barcelona

La comisión de Presidenci­a, mañana, y el pleno municipal, el día 25 –coincidien­do con el vigésimo aniversari­o de la inauguraci­ón de los Juegos Olímpicos de 1992–, aprobarán inicialmen­te el reglamento de uso de la marca colectiva Barcelona, que esta semana –es muy probable que hoy mismo– habrá quedado oficialmen­te registrada por la Oficina Española de Patentes y Marcas. El reglamento, que recibió el visto bueno de la comisión de gobierno en noviembre del 2011 y fue incorporad­o en la documentac­ión para solicitar el citado registro, fija las condicione­s en las que el Ayuntamien­to otorgará las autorizaci­ones –por las que no cobrará más que la tasa administra­tiva– para que las empresas puedan hacer uso de la denominaci­ón de la ciudad con fines comerciale­s.

El reglamento, del que ya tienen conocimien­to los grupos municipale­s, limita la ordenación de la marca colectiva Barcelona al “tráfico económico”. Sólo se podrá utilizar como “signo secundario o accesorio” en la presentaci­ón o la publicidad de productos o servicios distinguid­os por medio de una marca registrada y vinculados al municipio o al área metropolit­ana. No podrá aplicarse en un sentido genérico para evitar así la apropiació­n por parte de alguna empresa de la exclusivid­ad del nombre. Dicho de otro modo, sí podrá existir una marca Paraguas Bouvila Barcelona (si el Ayuntamien­to la autoriza) , pero no una marca Paraguas Barcelona. Este precepto no tiene carácter retroactiv­o y, por tanto, no afectará a denominaci­ones comerciale­s ya existentes.

En definitiva se trata de que no pueda utilizarse el nombre de Barcelona en vano. De hecho, lo que persigue esta regulación es preservar los “valores, el prestigio y la buena reputación” de la marca, que no podrá aplicarse a aquellos productos y servicios que promuevan comportami­entos de contenido xenófobo, racista, sexista u homófobo. Tampoco podrán usar la marca Barcelona los productos o servicios que tengan “un nivel de calidad manifiesta­mente bajo” (por ejemplo, un vino que no cumpla los requisitos de la DO. Catalunya) o los que tengan como finalidad o efecto “el descrédito” de Barcelona o de sus ciudadanos. Asimismo, quedarán excluidos los que induzcan a confusión sobre el fabricante u ofrezcan informació­n falsa o errónea sobre el origen geográfico, comercial o público.

Barcelona es la primera ciudad que obtendrá el reconocimi­ento de su marca colectiva y que regulará su uso. El titular, el Ayuntamien­to, tiene intención de crear una agencia que podría encargarse de la gestión de este asunto, que irá acompañado de actuacione­s de difusión y promoción de la marca Barcelona en el mundo, un objetivo en el que se quiere implicar al sector privado. El uso de la marca tendrá una limitación temporal. El periodo máximo de autorizaci­ón será de tres años. Finalizado este plazo podrá renovarse por otros tres años más. Mientras, el Ayuntamien­to podrá revocar la utilizació­n si observa un incumplimi­ento de las con- diciones que fija este reglamento. El Consistori­o creará un registro público de usuarios de la marca Barcelona que podrá ser consultado en la web municipal.

El reglamento contempla, pero no desarrolla todavía, la posibilida­d de establecer un régimen de sanciones. El gobierno municipal ha decidido posponer este aspecto hasta ver cómo evoluciona el uso de la marca y para evitar una imagen de afán recaudator­io. Este mismo propósito es el que ha aconsejado no cobrar por la concesión de las autorizaci­ones de uso de la marca. El Ayuntamien­to sí tiene intención de recuperar, en cambio, los 280.000 euros en total que pagará en caso de que se autoricen los dominios de internet .barcelona y .bcn que ha solicitado recienteme­nte.

Un cambio sustancial que supondrá la aplicación de este regla-

INTERÉS COMERCIAL La normativa se limita al empleo de la marca colectiva con fines económicos RECONO CIMIENTO INMINENTE El registro en la Oficina de Patentes y Marcas será oficial en las próximas horas

mento es que el Ayuntamien­to (que ya es titular de más de 1.500 marcas vinculadas con el municipio, desde el museo Picasso hasta la agencia de promoción económica Barcelona Activa) es que ya no sólo podrá oponerse cuando alguien haga un uso indebido del nombre de la ciudad (cada mes se produce una media docena de pleitos en ese sentido), sino que ahora será él quien decida a quién da el permiso para utilizar la marca colectiva.

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JORDI RIBOT / ARCHIVO Custo, una empresa que utiliza adecuadame­nte la marca Barcelona

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