Sembrado de las semillas
En otoño las flores del espino de Jerusalén dan paso a unas estrechas y alargadas vainas marrones. Las semillas se conservan más de diez meses, pero conviene realizarles un pequeño corte o rasparlas entre papeles de lija. Un día antes de la siembra es preciso dejarlas unas veinticuatro horas en remojo. Después de ubicarlas en mantillo se riega la tierra con abundancia. Las semillas germinan entre diez y quince días más tarde. Hasta al cabo de ocho meses las plántulas no van a estar en condiciones de trasplantarse.