Crímenes financieros
Lo mejor de cualquier crisis es la oportunidad de cambio que esta puede provocar. Por desgracia, no hemos aprovechado la ocasión para cambiar las normas del casino financiero en el que se ha convertido la economía, cuyo motor es la cruda especulación y el beneficio inmediato.
Recientemente, hemos podido leer algunas noticias concernientes a los bancos que demuestran que la economía financiera vuel- ve por sus fueros. J.P. Morgan ha perdido millones de euros con las mismas prácticas especulativas de riesgo diversificadas que hundieron bancos como Lehman Brothers. Barclays y HSBC han sido sancionados con multas millonarias, aunque insignificantes comparadas con las ganancias por la manipulación del Libor o el blanqueo de dinero procedente del tráfico de armas.
Hubo un momento, cuando los bancos quebraron, en que los políticos desaprovecharon para deshacer la madeja, regularizar los mercados e imponer el sentido común. Pero bastó que los banqueros sintieran amenazados sus intereses para que dieran el salto desde la invisibilidad de las bambalinas del poder al proscenio del teatro político, y ocupar las carteras de Economía de los distintos Estados para imponer por decreto unas políticas que amenazan con retrotraernos a los albores del capitalismo industrial.
ALBERTO TIRADO PARRA
Madrid