Salida comercial de la madera
A raíz de los incendios del Alt Empordà, había un artículo en La Vanguardia sobre los miles de metros cúbicos de madera que se producen anualmente en los bosques catalanes y que no se sabe qué hacer con ellos (“Sobra pólvora forestal”, Vivir, 25/VII/2012). Al no tener salida comercial, los bosques no se cuidan, y si juntamos el cóctel de abandono, invierno seco, verano cálido, tramontana y cierta negligencia, el desastre es sólo cuestión de tiempo. Catalunya es la comunidad con mayor masa forestal y, pese a ello, no la gestionamos bien. Masa forestal igual a paisaje y biodiversidad, que equivale también a singularidad, turismo de calidad y bienestar para los residentes.
Parece ser que la clave es la salida comercial de la madera. Por distintos artículos y comentarios que se han publicado durante la semana, parece que el único camino es la utilización de la misma para generar biomasa.
Mi opinión es que la biomasa está muy bien siempre y cuando provenga de un residuo agrícola o forestal, pero no en el punto inicial del producto. ¿Por qué no imitamos a Austria, Alemania o el País Vasco y producimos madera contralaminada? Este tipo de material de construcción es un camino serio e innovador en la construcción sostenible que elimina casi al 100% el uso de hormigón. Es una maravilla de solución constructiva, prefabricada, totalmente renovable, con ninguna transmitancia térmica y casi sin emisiones de CO . De hecho, los próximos
2 equipamientos públicos de todos estos municipios afectados podrían ser construidos con este sistema. Transmitirían un lenguaje corporativo de alto valor añadido social, ambiental y económico, y encima, sería mucho más barato y cuidaríamos los bosques. JORDI GALOPA Barcelona