La Vanguardia

El trovador elegante

Cantante y actor de musicales

- JUDITH HIDALGO

Aunque nunca se convirtió en actor de cine en toda regla, protagoniz­ó veinticinc­o películas la mayoría de ellas en el apogeo del mundo de los musicales de Hollywood. Era el cantante romántico por excelencia de los musicales entre 1930 y 1950. Su melodía musical tenía sobre todo un atractivo especial entre el público femenino.

Martin encontró en la música una vía de escape durante su niñez en San Francisco en el seno de una familia judía pobre y muy unida. Tocó y cantó primero, en los años veinte, en una banda llamada The Red Peppers en la Oakland Technical High School, pero con el tiempo se unió al grupo de un director de orquesta local, Tom Gerun. Después de la universida­d, dejaría la banda para intentar probar suerte en Hollywood.

Con un nuevo nombre, su buena presencia y su voz, empezó a trabajar en pequeños papeles, como el marinero de Sigamos la flota. Su primera gran actuación como cantante fue en 1936 en Sing, baby, sing, protagoniz­ada por Alice Faye, su primera esposa. Se casaron en 1937, siendo considerad­os como una de las parejas más bellas de Hollywood, pero en el año 1940 se divorciaro­n.

En 1941 se encontraba en uno de los puntos álgidos de su carrera en la gran pantalla. Trabajó con Judy Garland, Hedy Lamarr y Lana Turner en Las chicas de Ziegfeld de Robert Z. Leonard y Busby Berkeley. Y su relación con la 20th Century Fox le llevó a aparecer en películas como Locuras de estudiante­s (con Judy Garland), Banjo on my knee (con Barbara Stanwyck y Joel McCrea) o Ali Baba goes to town (con el cómico Eddie Cantor).

En 1948 produjo y protagoniz­ó Casbah, una versión de la película musical Argel que obtuvo un gran reconocimi­ento por parte del público con la ayuda inestimabl­e de la música de Harold Arlen y Leo Robin. El cantante por excelencia de musicales de Hollywood actuaría luego en decenas de películas con grandes artistas como los her- manos Marx –en Tienda de locos– o Rita Hayworth –en Music in my heart.

Martin conoció a Cyd Charisse cuando eran compañeros de mesa en una fiesta ofrecida por un agente, pero no sería hasta

Se casó en 1948 con la actriz Cyd Charisse, un matrimonio que duraría 60 años

un año después cuando se volvieran a ver. Se casarían en 1948. Ella se convertirí­a en estrella de la Metro en los años cincuenta junto a Fred Astaire. En 1976 Martin y Charisse escribiero­n juntos su biografía, The two of us, y con frecuencia iban de gira con éxito como pareja artística. Su matrimonio duraría 60 años, hasta junio del 2008, cuando Charisse falleció.

Pero incluso ese mismo año Martin seguiría actuando. Aunque el tiempo y la edad le habían pasado factura, su voz se mantenía más o menos intacta y, sobre todo, preservaba su esencia. La audiencia pudo comprobarl­o en un club de Nueva York donde Martin cantó sus éxitos y recordó a viejos compañeros como Bing Crosby o Perry Como.

En esencia, Martin representa­ba la fantasía de una época pretérita, de las óperas y musicales europeos del siglo XIX. Un trovador elegante que lograba acaparar a la audiencia de los clubs y de la gran pantalla.

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CBS PHOTO ARCHIVE/GETTY

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