El baúl de los recuerdos
Paul Anka mostró sus dotes de ‘crooner’ y un repaso de su carrera
Paul Anka mantiene a sus 71 años un espléndido estado de forma, tanto físico como vocal. Es algo que se hizo evidente en la noche del jueves a lo largo de las dos emotivas horas que duró su show al frente de una compenetrada orquesta de doce músicos. Las ganas de compartir recuerdos con sus veteranos fans se hicieron evidentes desde la inicial Diana, que empezó cantando entre el público del festival de Cap Roig.
El concierto había tenido un prólogo en forma de un vídeo que rescató granulosas imágenes en blanco y negro de su juventud, cuando empezaba a convertirse en ídolo de quinceañeras. Como si el tiempo no hubiera pasado, con su seductora voz de crooner inyectó swing a You are my destiny, uno de los primeros éxitos de su longeva carrera, y siguió con otro oldie, My home town, cogiendo la cámara de un espectador para autorretratarse entre verso y verso.
Su jovialidad fue pareja con una autoestima que le llevó a recordar que la balada Let me try again la escribió para Frank Sinatra; lo mismo que la festiva y bailable She’s a lady, convertida en gran éxito por Tom Jones. Y por si eso fuera poco se sentó al piano para explicar la historia de su abortada relación artística con Michael Jackson antes de rescatar This is it, un tema que compusieron a medias y que la banda interpretó acompañando la voz del malogrado artista.
Luego vino uno de los momentos más emotivos de la velada al interpretar I’m not anyone en un dueto virtual con Sammy Davis jr. De su surtido baúl de los recuerdos surgió otra joya en forma de It doesn't matter anymore, una balada pop arreglada con acento country & western, que grabó su amigo Buddy Holly poco antes de morir trágicamente.
También hubo tiempo para rescatar su swingueante versión del Jump de Van Halen, la poco gramaticalmente correcta Eso beso a ritmo de tumbao salsero y una buena ración de estándares; del I got you under my skin al My way y New York, New York pasando por Twist and shout, y al final hasta hizo salir a sus hijos, a los que luego se pudo ver vendiendo discos.