‘Aspiro a que mi música sirva para dar más felicidad’
J ames Morri s on, cantante, actúa en Cap Roig
James Morrison desembarcó en la escena de la música pop británica con unas armas musicales que se hallaban formalmente lejos de este estilo. De hecho, se le presentó entonces (2006) como estrella de la nueva oleada del soul británico. Hace unos meses publicó el álbum The
awakening, en donde ampliaba su gama de colores estilísticos y mostraba a través de sus letras su cara más personal. El carismático cantante y compositor lo presentará mañana en el Festival de Cap Roig (22 h).
¿Cómo se lleva lo de ser famoso y no querer renunciar a ser un músico con criterio propio?
Yo me he considerado desde el primer momento una persona
INTERÉS MULTIESTILÍSTICO “Me encasillaron como ‘soulman’ pero mis ídolos eran James Taylor y Carole King”
muy afortunada en este sentido. Mi música comenzó a gustar a la gente cuando yo aún era joven, y desde un buen principio pude interpretar aquel tipo de canciones que me gustaban a mí. Tanto las que componía como las de procedencia ajena. Ahora han pasado los años, ya no soy tan joven pero sigo interpretando y componiendo aquella música que más me apetece. En eso no hay queja.
El cantante, en el festival North Sea de Rotterdam el pasado mes
Cuando usted comenzaba, se le encasilló en el ámbito del soul. Sus discos muestran, en cambio, mayor diversidad.
Sí, pero eso tiene que ver con la necesidad de muchos periodistas y gente de la industria de encasillar, de poner una etiqueta, a los que van llegando a fin de que el consumidor y el aficionado sepan a qué atenerse en términos musicales. A mí se me ubicó en ese terreno por mi manera de cantar, pero ahora difícilmente lo dirían al ver por donde va mi música.
¿Y por dónde va? Pues mi gusto por la manera de hacer de la Motown o por la emotividad del gospel es paralelo a otras cosas. Hubo una época en la que mis principales referencias e ídolos eran James Taylor y Carole King, y, por otro lado, fui un gran fan de lo que yo considero la época dorada del rock británico, en el que siempre me han encantado Marc Bolan y David Bowie, por no hablar de Van Morrison, por supuesto. La dirección por la que usted me pregunta es meterme cada vez más profundamente en otros estilos.
Una de las cosas que llamó la atención cuando se publicó The awakening fue la presencia de Bernard Butler, guitarrista de Suede, como productor. No le conocía personalmente, pero su papel como guitarrista siempre me había parecido enorme. Trabajar con él en el disco fue toda una experiencia. Me llevó un año y medio el proceso de composición, fue largo. De hecho, en pleno proceso, mi padre falleció. Me afectó mucho, y eso me hizo cambiar mis esquemas de composición. Y creo que supimos reflejar en el disco mi optimismo, mis ganas de vivir, así como hacer partícipe al aficionado de que mi música es más poderosa que nunca. Me interesó más que nunca que quien escuchase mi música se sitiese reconfortado.
O sea, la música es un simple elemento de diversión. Mi prioridad es que la gente que viene a verme se lo pase bien, que tenga buenas vibraciones y que salga un poco más feliz de como entró. Aspiro a que mi música dé más felicidad... la verdad es que no me hace falta que el aficionado se pare a reflexionar sobre mis letras.