Misión estelar de Plácido Domingo en Verona
La ciudad de Verona necesitaba un coloso de la ópera para celebrar, el próximo año, el centenario de su renombrado festival lírico. El candidato número uno era Plácido Domingo, obviamente, y este ha aceptado complacido un encargo que es también un homenaje a su dilatada trayectoria. Fue en la Arena de Verona –el anfiteatro romano, sede del certamen–, en 1969, don- de Domingo hizo su debut italiano. Interpretó a Calaf en Turandot, de Puccini.
“El maestro Plácido Domingo es la figura más representativa de la lírica a nivel mundial –dijo el alcalde y presidente de la Fundación Arena, Flavio Tosi, en la presentación del festival–. El hecho de que haya aceptado participar en la realización de esta extraordinaria cita cultural es un motivo de gran orgullo y muestra el vínculo especial entre el maestro y la ciudad”.
Domingo será el director artístico honorario del festival del 2013, que arrancará con una Aida con montaje de La Fura dels Baus. Domingo cantará en Nabucco y dirigirá la orquesta en Rigoletto.
En una entrevista con el diario La Repubblica –que calificó a Domingo de “soberano de los tenores”–, el cantante recordó sus actuaciones en 1969. Alabó la sonoridad de la Arena, que mejora de noche, cuando las piedras se enfrían, pero rememoró el “terror” de la presión del público circundante y las grandes prestaciones físicas que requiere actuar en un espacio tan grande. “Las dimensiones piden una energía de maratoniano”, dijo Domingo. El tenor, de 71 años, mantiene una apretada agenda. Alterna sus actuaciones como cantante con la dirección orquestal. Además, es director general de la Ópera Nacional de Washington –radicada en el Centro Kennedy de la capital federal– y de la Ópera de Los Ángeles.
El pasado lunes, el artista visitó en Getaria el Museo Cristóbal Balenciaga, con motivo de un proyecto documental sobre su madre, la soprano Pepita Embil Echániz (Getaria, Gipuzkoa, 1918-México, 1994).