“Me he sentido como un perro”
Ángel Mullera se queja en una jornada negra para el atletismo español
Pocas veces la atención de todos los aficionados al atletismo se ha concentrado en un atleta de los que no luchan por las medallas, raras veces en un corredor de 3.000 obstáculos y nunca en un deportista que supo que participaría en estos Juegos Olímpicos la víspera a las 9 de la noche. El caso de Ángel Mullera ha perturbado la atmósfera de concentración del equipo, que ha comenzado su actuación en Londres como se temían algunos: de los 12 atletas que compitieron ayer, todos fueron eliminados en una jornada negra del atletismo español que se tardará en borrar de la memoria.
“Supe que podría al fin ser olímpico ayer por la noche –ha explicado Mullera tras su actuación–. Me envió un mensaje mi representante. Yo había llegado poco antes a Londres, sobre las 6 de la tarde, pero por mi cuenta, sin ropa, ni nadie que me acompañara. Eso sí, al llegar he tenido todo a punto y la Federación Española se ha portado correctamente y me ha pagado el billete, aunque eso no son formas de preparar unos Juegos Olímpicos”.
Mullera, un chico de Lloret de 28 años que en el 2010 fue campeón de España de 3.000 obstáculos y que, aunque ha disputado ya algún campeonato del mundo, jamás había sido olímpico, tuvo además una doble mala suerte en el Estadio Olímpico de Londres: fue incluido en la serie más lenta, perdiendo la posibilidad de una clasificación por tiempos para la
N I E L M E D I O F O N D O Los españoles que compitieron en 1.500 no hicieron honor a la tradición en esta prueba
final, y para colmo se cayó en la segunda vuelta por culpa de una maniobra extraña del portugués Alberto Paulo.
“Me ha rozado al saltar un obstáculo, se ha caído y me ha hecho caer a mí”, dijo el discípulo de Isidro Jiménez, que lamentó la eliminación “porque hoy hace diez años de la muerte de mi padre y quería hacer algo grande por él”.
No han sido las dos mejores semanas de su vida, seguramente. “Esto me ha afectado muchísimo. Venía muy bien, muy fresco, pero estas semanas han sido infernales. La federación no me ha tratado mal, pero ya sabéis cómo se han portado los otros. Han estado insistiendo en que corriera. Me he sentido como un perro”, aseguró Mullera, que añadió que nunca ha sido nada “polémico”, y todo ha sido “culpa de una filtración a un periódico que ha explicado una historia a su manera”.
Mullera, que tras la carrera ha sido requerido para pasar otro control antidopaje, está dispuesto a mantener un careo con el Consejo Superior de Deportes (CSD) y el Comité Olímpico Español. “Me gustaría verles cara a cara por lo que están diciendo de mí, pero no creo que lo hagan. Que me dejen en paz”.
Por la tarde, la actuación española siguió el mismo rumbo. No
T O D O S A L A C A L L E Los doce representantes españoles quedaron eliminados de forma estrepitosa
se recuerda en la historia olímpica más reciente de los 1.500 metros la ausencia de atletas españoles en las semifinales y, por supuesto, en la final. Hay que remontarse a Seúl’88 para contemplar un desastre como el de hoy en Londres, donde los tres representantes de la selección han caído estrepitosamente en series. El principal ariete del equipo, Álvaro Rodríguez, habló de “deshonra” al recordar el poso que dejaron corredores legendarios como Abascal, Cacho o Higuero, los más destacados si hay que ceñirse a los Juegos Olímpicos.
Rodríguez, desfondado y vacío, no estuvo a la altura de su reciente récord personal de 3m34s10 conseguido en Mónaco y salió del estadio siendo la viva imagen de la desolación. David Bustos, más joven, aceptó que le ha faltado “mentalidad de campeón” y Diego Ruiz, al que tan sólo una centésima le separó de su objetivo de ser semifinalista, admitió no haber actuado con “sentido táctico” y haber carecido de forma física “en el último metro”, donde ha perdido el pase.
En el foso de longitud las cosas tampoco fueron mucho mejor: Eusebio Cáceres estuvo discreto con un mejor salto de 7,92 metros y Luis Felipe Méliz abandonó tras un primer salto nulo. De 12 en acción, ninguno a la siguiente ronda. Las semanas infernales no han sido únicamente para Ángel Mullera.