El fabricante de velocistas

¿Podría un entrenador trabajar a la vez con Federer o Djokovic y Nadal? Pues eso es lo que hace cada día Glen Mills, de 62 años, fabricante de sprinters y entrenador de Usain Bolt y Yohan Blake. Estuvo 22 años como técnico jefe del equipo olímpico jamaicano de atletismo. Durante ese tiempo el país logró 33 medallas en este deporte. Ahora se dedica a su club, el Racers Track, donde su palabra es la ley y donde no sólo dirige las carreras de los dos grandes de la velocidad, sino también las de decenas de jóvenes que aspiran a convertirse en sus sucesores. Mientras el mundo está pendiente del presente, Mills ya prepara el próximo batallón de velocistas. Los nombres del futuro están ahora en sus manos, como lo estuvieron en el pasado sprinters de renombre como Kim Collins o Dwain Chambers.

Los atletas tienen un respeto reverencial por este hombre, al que no le gusta aparecer en los medios, se mantiene en un segundo plano y está todo el día diseñando los programas de preparación. Mills prácticamente nació como entrenador. Quería ser atleta, pero a los 14 años ya vio que no reunía las suficientes aptitudes y pasó a ser ayudante del técnico del instituto. En el 2007 accedió a que Bolt se iniciara en los 100 metros sólo si Usain conseguía batir el récord jamaicano de 200. Hasta que lo logró no le permitió competir en el hectómetro. Ahora dicen que, con perseverancia, ha convencido a Bolt (que se pirra por el pollo rebozado de las cadenas de comida rápida) para que mejore su dieta. Todos pasan y Mills sigue.