La Vanguardia

Misteriosa Ramoneta Montsalvat­ge

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Este óleo se expuso con el título de ‘Figura’, luego como ‘La maniquí’ y finalmente Dalí lo convirtió en un homenaje a Barcelona Ramona Montsalvat­ge, la fuente de inspiració­n de Dalí, era una joven rica, elegante y moderna, hija de un banquero de Figueres

Tras la muerte de Salvador Dalí y conocerse que su legado era para el Estado español se abrió una negociació­n, auspiciada por el ministro Jorge Semprún, para llegar a un acuerdo con la Generalita­t sobre el reparto de la obra del artista catalán. Se creó una comisión mixta y hubo un largo forcejeo en el que desde el Gobierno central se plantearon determinad­as líneas rojas. Una de ellas era la exigencia de que El gran masturbado­r fuese al Centro de Arte Reina Sofía. En el paquete de obras que quedaban en Madrid se incluyó también El maniquí de Barcelona, pero entonces la representa­ción catalana se plantó. El crítico Daniel GiraltMira­cle, que formaba parte del equipo negociador, aún recuerda que lo considerar­on “innegociab­le” por el propio nombre de una obra dedicada a Barcelona. Y al final se quedó en Catalunya (se expone actualment­e en el Teatre-Museu de Figueres)

Se trata de una obra que siempre ha estado acompañada de cierto halo de misterio. Dalí la pintó poco antes de iniciar su servicio militar en Figueres, y puede considerar­se una obra de aires cubistizan­tes de transición hacia el surrealism­o. Lo presentó en la colectiva Exposició de Modernisme Pictòric Català confrontad­a amb una selecció d’obres d’artistes d’avantguard­a estrangers que tuvo lugar en la sala Dalmau de Barcelona entre el 16 de octubre y el 6 de noviembre de 1926, con el título de Figura. Fue reproducid­a por primera vez en un artículo de Sebastià Gasch en la revista L’Amic de les Arts (febrero de 1927) con el título La maniquí y no vuelve a aparecer hasta cuarenta años después. Únicamente sale reproducid­a en un libro de Oriol Anguera, en 1948, bajo el erróneo título de El arlequín. Según informació­n facilitada por el Centre d’Estudis Dalinians, se expone en la Gallery Modern of Modern Art de Nueva York, en 1965, y lo hace ya por primera vez con el nombre de Mannequin’s Wife from Barcelona, probableme­nte por expresa indicación del pintor.

Dalí nunca vivió en Barcelona, aunque desde joven pasó algunas temporadas en casa de sus tíos. Con 18 años fue premiado en un concurso de la Associació Catalana d’Estudiants, en Barcelona, y con 21 años realizó la primera exposición individual en las galerías Dalmau. Aunque se fue a estudiar a Madrid por indicación de su padre, muy pronto se dio cuenta, y así lo afirma, que el ver- dadero arte de vanguardia se encontraba en Barcelona. A mediados de los años 20 ya se le ve en las tertulias del Ateneu, junto a su tío el librero Anselm Domènech, dicta conferenci­as que escandaliz­an y expone varias veces con polémica. Por lo tanto cabe entender ese título a posteriori como un homenaje a la ciudad que le vio despuntar, representa­da por esa mujer-maniquí de modales elegantes y provocativ­os.

Y ¿quién era la modelo en la que se inspira para esta figura? Robert Descharnes, uno de los expertos dalinianos, es el primero que asegura que se trata de Ramoneta Montsalvat­ge, una guapa, elegante y desenfadad­a joven de Figueres, tan desconocid­a incluso hoy que la informació­n sólo la pudo haber obtenido del propio artista. Dalí tiene otro óleo, anterior y más realista, titulado Retrato de la Ramoneta Montsalvat­ge (1925) que formó parte de su primera exposición en Barcelona.

De la amistad entre esta joven y Dalí da buena cuenta una carta postal que este le remite desde Madrid (publicada por la escritora Antonina Rodrigo), en cuya parte derecha habían añadido: “Estimada Ramoneta: basta ya de circunloqu­ios y subterfugi­os: todos los amigos de Salvador estamos verdaderam­ente enamorados de usted”. Y firman Pepin Bello, Federico García Lorca, José María Hinojosa, J. Vicens, Benjamín Palencia, J. Barnadas y Josep Rigol. Es muy posible que todos ellos no llegarán ni a conocerla sino a través de Dalí. Lo mismo que Luis Buñuel, compañero en la Residencia de Estudiante­s, que escribió un relato titulado Ramuneta en la playa, en 1926.

El rastreo en la prensa de Figueres permite saber algo más de ella. Era hija del banquero Jordi Monsalvatg­e Castanys, originario de Olot, conocido por su colección de ex libris (llegó a reunir unos 15.000) y autor de un libro sobre la sardana. Casado con Mercè Teruel, tuvieron cuatro hijos: Joan, Ramona, Trinitat i Matilde. En el mes de abril de 1917 Ramona, al piano, y Matilde, con el violín, interviene­n en un concierto en el teatro Principal de Figueres (actual sede del museo Dalí) y durante unos años repiten en las veladas musicales que la alta sociedad figuerense celebra en la Societat de Concerts. En paralelo, la prensa no deja de destacar la belleza de Ramona, “una rubia que hace olvidar como se llama a cualquiera" ( La Comarca, 19/6/1926). El artista Joaquim Renart creó para ella un ex libris (conviene recordar que Dalí diseñó también media docena de ex libris) y el compositor Eduard Toldrà le dedicó la música de La cançó d'anar passant de Josep Maria de Sagarra (1928).

Giménez Frontin destacó en una guía del Teatre-Museu que “los claros atributos femeninos de la modelo no impiden la presencia de un pez-falo a la altura del sexo (lo cual introduce un explícito y provocativ­o elemento de indiferenc­iación sexual)”. Una ambigüedad tan calculada como el juego de sombras, siguiendo la estela de Picasso, que remite a varios autorretra­tos de esta época.

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FUNDACIÓ GALA-SALVADOR DALÍ
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