El cielo y el infierno
El Barça nunca había tenido ocho puntos de ventaja sobre el Madrid a estas alturas de Liga
La algarabía en el avión barcelonista no era para menos, aunque todavía la temporada esté en pañales. La alegría, las palmas y las sonrisas de los jugadores del Barça en el vuelo que les devolvió de Madrid a Barcelona estaban justificadas porque ocho puntos de ventaja en cuatro jornadas son un hecho inédito. Que la puntuación del equipo azulgrana sea de matrícula de honor y la del Madrid de suspenso rotundo provocó los aplausos de Valdés, que cerró el puño, de Xavi o de Piqué, al que se le escapó un “bien, vamos”. Mientras, Mascherano había ido a informarse a la cabina del piloto, otros jugadores habían visto algún trozo del duelo del Pizjuán con sus tabletas antes de despegar y Alves y Adriano habían tenido un ataque de nostalgia: “Vamos mi Se- villa, vamos campeón”, dijeron los dos ex sevillistas. El que quiere ser campeón y recuperar el trono de la Liga es el Barça. Para eso ha empezado mejor, imposible. Es la octava vez en la historia que el conjunto barcelonista se impone en sus primeros cuatro envites de la competición. En la otra acera, el Madrid vive su peor arranque desde el año 2001 y nunca ha remontado a un líder una diferencia tan grande como la que ahora mismo figura en el casillero de la Liga.
Messi celebra, Ronaldo maldice. Tito mantiene la calma y enseña valentía y confianza. Mourinho se ceba con su plantilla. El Barça se muestra fuerte, vigoroso y con un fondo de armario que se antoja mayor que en la pasada campaña. El Madrid deambula triste y sin rumbo. Aún es demasiado pronto y esta semana entra en juego la Champions, que siempre puede distorsionar las situaciones en la Liga, pero hasta el momento los dos favoritos se encuentran a años luz... Y eso que el equipo blanco se llevó, con dosis de fortuna, la Supercopa.
Tras la celebración en el regreso desde Getafe el mantra que se va a instalar en la Ciutat Esportiva Joan Gamper es el de la prudencia. O al menos esa será la consigna del entrenador azulgrana. Ayer la siguió a pies juntillas
el disciplinado Sergio Busquets. “Esto acaba de comenzar. No tenemos que fijarnos en nadie, sólo en ganar nuestros partidos, aunque es verdad que es sorprendente que tengamos esta ventaja. No sé lo que le está pasando al Madrid porque no estoy allí dentro para saberlo”, argumentó el mediocentro.
Lo que está ocurriendo en el Barça es que Tito está confiando en casi todos sus hombres. Sólo Valdés y Cesc han sido titulares en los cuatro partidos de Liga, en los que el entrenador ha utilizado a 19 futbolistas. Las rotaciones están a la orden del día más allá de que las lesiones de Puyol (ayer se confirmó que estará de cuatro a seis semanas de baja), de Iniesta o de Alexis también han obligado a Vilanova a recurrir a más hombres. El entrenador azul- grana introdujo tres cambios en el once en la segunda jornada, cinco en la tercera y cinco en la cuarta, en una demostración clara de que no le tiembla el pulso a la hora de repartir los minutos y de decantarse por la alineación que esté más fresca. Con eso Tito ha mandado un mensaje claro a sus futbolistas. Puede que no sea tan enérgico en la gestualidad como Guardiola. Puede ser menos machacón en sus instrucciones. Pero a la hora de los hechos también sabe jugársela. Como ha enseñado sentando de manera consensuada a Messi un año después de su última suplencia en el campeonato.
Entre otras razones, las decisiones de Vilanova le han servido al equipo para imponerse en Pamplona y Getafe, dos plazas donde la pasada temporada mordió el polvo con estrépito y en los que ahora ha salido con un lindo pleno. “Esto es un indicativo de que estamos haciendo las cosas bien pero cada Liga es diferente”, concedió Busquets. “Ganar en estadios tan complicados como el de Getafe con esta autoridad es importante”, valoró Villa.
Con la punta de lanza de Messi (seis goles), con la regularidad de Xavi, inconmensurable, con el chispeante comienzo de Pedro y con la recuperación de futbolistas como Thiago, excelso en su regreso, y Villa (dos tantos en únicamente 52 minutos) el Barça tiene motivos para el optimismo. Todo eso cuando quedan dos partidos de Liga y dos de Champions para que azulgrana y madridistas se midan en el Camp Nou.
Si el Barça es capaz de salir del clásico del próximo 7 de octubre con la misma o incluso más ventaja que hasta ahora muy bien tendrá que hacer la letra el Madrid para que el libro de ruta de la Liga cambie de sentido.