Pedrosa cae y Lorenzo se escapa
La caída del catalán arrollado por Barberá y el triunfo del balear dejan el Mundial de Motogp encarrilado
La fortuna que había acompañado a Dani Pedrosa esta temporada, en forma de halo protector en las caídas y de ausencia de averías en su misil japonés, le dio la espalda en Misano. No olvidará el de Castellar su domingo horribilis a orillas del Adriático, donde le pasó de todo, y se aleja de un Mundial que esta vez sí parecía a su alcance. Su caída, arrollado por Héctor Barberá, combinada con la victoria-paseo de Jorge Lorenzo, ponen el título en bandeja al balear. “Para el campeonato es perfecto, pero lo siento por él”, decía con deportividad el mallorquín, que con 38 puntos de renta, su mayor ventaja en todo el año, ve encarrilado su segundo título.
La carrera de San Marino, 13.ª prueba del curso, y segunda sin Casey Stoner, prometía otro duelo de alto voltaje entre Dani y Jorge. Pero se fundieron los plomos en la parrilla. Karel Abraham, con problemas con su Ducati, hizo abortar la salida, y ahí se desató la concatenación de males para Pedrosa. Según explicó Dani, al quedarse las motos en la parrilla esperando la segunda salida, la rueda delantera de su Honda se quedó bloqueada con un calentador. “Los mecánicos la intentaron desbloquear, pero no pudieron y como tocaron la moto, me penalizaron haciéndome salir el último en parrilla”.
Al recibir asistencia, por reglamento Pedrosa era castigado a arrancar el último. De ser poleman, a salir del fondo del pelotón. De poder abrir la carrera y largarse, a obligarse a una remontada previa travesía peligrosa por un bosque de motos. Se apagaron todos los semáforos, esta vez sin interrupciones, y Lorenzo, solo delante, emprendió el camino de su sexta victoria. Por detrás, desde el puesto 21, Dani iniciaba su remontada. Pero en la sexta curva, cuando había alcanzado la 12.ª posición, se tropezó con Héctor Barberá. Igual que Álvaro Bautista derribó a Lorenzo en Assen, el valenciano hizo strike con la Honda de Pedrosa y todas sus esperanzas de remontada roda- ron por los suelos. “No entiendo muy bien en qué piensan algunos pilotos que no tienen opciones de estar en los primeros puestos”, dijo Dani, muy enfadado, en referencia a Héctor.
No era para menos. En aquella jugada Dani puede haber enterrado muchas opciones de conquistar su primer título grande, después de haberse enchufado al campeonato, de haber recuperado 10 puntos a Lorenzo en dos carreras, y de haberle derrotado en el cuerpo a cuerpo en Brno, abriendo un nuevo escenario. Todo se fue al traste. “Estoy decepcionado porque creo que hubiera podido ganar esta carrera aun sa- liendo el último. El campeonato está obviamente más cuesta arriba para mí, pero seguiré haciendo las cosas como hasta ahora. Hemos hecho el máximo hasta aquí, la moto está yendo bien, yo también estoy pilotando bien. Así que esto no ha acabado; quedan aún 5 carreras y seguiremos dando el máximo hasta el final”, se animaba el vallesano.
El lamento de Pedrosa era inversamente proporcional a la satisfacción de Lorenzo, que tuvo una victoria plácida, manteniendo siempre a raya a su perseguidor, un sorprendente Valentino Rossi (firmó su primer podio en seco con Ducati), sin necesidad de forzar la máquina. El triunfo no sólo le dio aire en el Mundial, tras dos grandes premios seguidos perdiendo ventaja con Dani. También le permite ver el campeonato de otra forma, con 38 puntos de renta y 125 en juego en las cinco carreras pendientes. Se podría permitir quedar segundo en todas –incluso tercero en tres– aunque las ganase Pedrosa. “Es la mejor victoria que podía celebrar. Dani estaba muy fuerte y hoy me hubiese costado muchísimo ganarle. Desafortunadamente tuvo muy mala suerte. En Holanda la tuve yo, y hoy ha sido él, así que cualquier cosa puede ocurrir en estas carreras”.