El hechizo de Wembley
La Champions abre el telón con 32 aspirantes y el Barça en el grupo de favoritos
Europa se viste de etiqueta. Arranca la Liga de Campeones. 32 contendientes dispuestos a sumergirse en un torbellino de emociones vuelven a escuchar la llamada de Londres y fijan la mirada en Wembley, sede de la final (25 de mayo) y estadio mítico para el barcelonismo, que ha levantado allí dos de sus cuatro Copas de Europa. Después de la convincente victoria de Getafe y su impecable arranque liguero, la plantilla azulgrana se entrenó ayer con el balón de la Champions. Con cinco semifinales consecuti- vas y dos títulos en el último lustro, con Messi como máximo realizador en las últimas cuatro ediciones, el Barça figura en el grupo de favoritos, donde también tiene sitio el Real Madrid en un torneo repleto de viejos conocidos con sólo dos caras nuevas, el Málaga y el Nordsjaelland, campeón de la liga danesa.
“Comenzamos en casa, tenemos que ganar. Tenemos que empezar bien y más jugando en casa, porque es una competición que nos hace mucha ilusión y el año pasado nos quedamos en semifinales”, explica Xavi. La inconcebible eliminación del Barça a manos de un Chelsea sin fútbol, que se iba a imponer en la final al Bayern en la tanda de penaltis, todavía escuece en el vestuario barcelonista, que tampoco ha olvidado la experiencia del Rubin Kazán de octubre del 2009. El conjunto ruso se impuso contra todo pronóstico en el Camp Nou en la fase de grupos y complicó la clasificación azulgrana. Desde entonces, el Barça acumula 16 partidos y cerca de tres años sin conocer la derrota en casa.
El miércoles otro equipo ruso, el Spartak de Moscú, dirigido por Unai Emery, ex del Valencia, visitará el Camp Nou en el estreno de Tito Vilanova en la Liga de Campeones. Con el Spartak, el Benfica y el Celtic, el grupo del Barcelona parece asequible, pero el equipo tiene interiorizado que en Europa cualquier relajación puede terminar en drama. En la primera jornada del pasado año, el Milan marcó en la primera y la última jugada del partido y acabó llevándose un empate (2-2) en tiempo añadido sin haber dispuesto de ninguna otra ocasión.
Villa subraya la importancia de empezar bien y avisa de la competencia de Emery, a cuyas órdenes estuvo en el Valencia: “Es un gran entrenador al que le gusta mucho su profesión y trabaja muchísimo para el desarrollo de ella. Seguro que ya ha armado un gran equipo”.
Vilanova, que cumple 43 años, ha concedido descanso hoy a sus jugadores. Volverán a ejercitarse mañana en el Camp Nou y se concentrarán hasta la hora del partido, según la costumbre estipulada por Guardiola.
El plato fuerte de la primera jornada se ventilará mañana en el Bernabeu entre los campeones de España e Inglaterra. El Real Madrid busca la décima pero las condiciones ambientales en Chamartín y la pésima trayectoria cuestionan las aspiraciones de un club que lleva diez años sin alzar la orejuda, batido en las dos últimas ediciones en semifinales por el Barça y el Bayern.
Con Silva, Mata, Agüero o Tévez, el acaudalado Manchester City pretende enmendar el ridículo de la pasada temporada, cuando no superó la fase de grupos, y la de su última aparición continental, fulminado por el Atlético (4-0) en la Supercopa de
Europa. En el grupo D, completado por Borussia Dortmund y Ajax, cada punto vale su peso en oro y la Champions aplicará su ley con el mayor rigor. Mañana puede ser tanto un salvavidas para un Mourinho a la deriva como puede colocar al técnico portugués al borde del abismo. “No pensamos en ganarlo todo, sino en clasificarnos”, dijo Mou en una entrevista realizada hace unos días y publicada ayer por la UEFA. Es probable, sin embargo, que en estos momentos la afición blanca ya no trague con el resultadismo y la Champions se convierta en un plebiscito.
El Málaga se estrenará mañana en la máxima competición continental en La Rosaleda frente a Zenit. Un duelo trascendental, pues se disputa la clasificación en un grupo en el que el Milan parte como favorito y el Anderlecht como cenicienta.
Igual que el Madrid, el Valencia empezará a lo grande. El miércoles recibirá al subcampeón, el Bayern, en una reedición de la final del 2001. Entonces el Valencia, entrenado por Héctor Cúper, perdió en la tanda de penaltis su segunda final consecutiva. El actual técnico, Mauricio Pellegrino, malogró el lanzamiento definitivo en la final de Milán.