La complejidad política siembra dudas en la posible fusión EADS-BAE
La complejidad para hacer asumible la fusión de EADS con BAE Systems, tanto para los diferentes gobiernos europeos implicados como para Estados Unidos, siembra dudas sobre la posibilidad de formalizar este proyecto que crearía el líder mundial en el sector de la aeronáutica y de la defensa. La unión del europeo EADS, sometido al control de las autoridades alemanas y francesas –y en mucha menor medida españolas– con el británico BAE Systems –bajo la supervisión de Londres– haría realidad el objetivo tantas veces mentado en el Viejo Continente de un gran grupo europeo en las actividades militares y aeroespaciales, capaz de competir con los gigantes estadounidenses.
Pero ésa es también precisamente una de sus grandes debilidades, debido a las suspicacias que generaría en Washington que, a fin de cuentas, es de quien depende buena parte del negocio futuro de la defensa en tanto que gran potencia militar que firma los mayores contratos. El mayor interés para EADS de esta fusión confirmada el miércoles es, precisamente, incrementar el peso de las actividades militares para equilibrarlas con las civiles gracias a un BAE Systems que se ha especializado en ese terreno en los últimos años y se ha convertido en uno de los diez grandes proveedores del Pentágono.
Las autoridades estadounidenses han sido hasta ahora muy reticentes a otorgar contratos a compañías extranjeras, máxime si, como EADS, cuentan entre sus accionistas de control de forma más o menos indirecta a otros Estados, en concreto Francia y Ale- mania. Prueba de ello fue el controvertido contrato gigante de los aviones cisterna, del que finalmente fue privado EADS por el Pentágono en favor del estadounidense Boeing, en un contexto de fuertes presiones internas sobre el Gobierno estadounidense.
Esas reticencias corren el riesgo de agravarse con las que generan, en términos de competencia, la emergencia de un gigante que con una facturación anual acumulada de unos 73.000 millones de euros y de 225.000 empleados, superaría ampliamente al hasta ahora número uno, el estadounidense Boeing.