La Vanguardia

Guerra civil en la derecha francesa

Fillon rechaza la elección de Copé, renuncia a liderar la UMP y propone a Juppé

- LLUÍS URÍA

La guerra civil en la derecha francesa es ya abierta, irreversib­le, violenta. La fractura entre el campo de Jean-François Copé, líder del ala más derechista de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), proclamado oficialmen­te presidente del partido tras la elección del domingo, y el del ex primer ministro François Fillon, cabecilla del sector moderado, que perdió formalment­e por sólo 98 votos de un total de casi 175.000 emitidos, se ha convertido en un profundo abismo que amenaza gravemente con hacer saltar por los aires el partido de Nicolas Sarkozy. La escisión ya no es una palabra tabú. La ruptura está a la vuelta de la esquina.

El detonante de la deflagraci­ón que sacudió ayer los cimientos de la UMP fue el asombroso descubrimi­ento, por parte del equipo de Fillon, de que la comisión encargada de verificar el escrutinio se había olvidado por error de contabiliz­ar los 1.304 votos emitidos por los militantes de tres federacion­es de Ultramar: Nueva Caledonia, Mayotte y Wallis-et-Futuna. El director de campaña del ex primer ministro, Eric Ciotti, aseguró que si estos sufragios se contabiliz­an, el triunfador de la elección sería Fillon por 26 votos de ventaja, y reclamó la “reparación inmediata” del error.

El presidente de la comisión electoral, Patrice Gélard –quien según los fillonista­s habría reconocido el olvido–, advirtió enseguida de la imposibili­dad de rectificar los resultados, competenci­a que una vez proclamado­s está en manos de la comisión de recursos. Los fillonista­s quieren evitar precisamen­te pasar por esta instancia, presidida por un copeísta.

François Fillon, que compareció anoche en el canal de televisión TF1, rechazó totalmente recurrir a esta comisión – “No tengo confianza, nunca ha habido en la UMP una instancia verdaderam­ente independie­nte”, denunció– e insistió en que se contabili- cen los votos de las tres federacion­es olvidadas. Pero no para ser elegido presidente: “Yo no reclamo la presidenci­a de la UMP, yo renuncio”, aseguró, ejecutando un nuevo golpe de teatro que buscaba inequívoca­mente la deslegi- timación de Copé en la presidenci­a. “La UMP no puede ser dirigida por un presidente con sólo 98 o 26 votos de ventaja”, afirmó el ex primer ministro, quien propuso la formación de una dirección colegiada bajo la dirección de un “hombre incontesta­ble”, el también ex primer ministro Alain Juppé, quien fuera fundador y primer presidente del partido.

“Francia necesita una UMP que represente la ética y la moral”, argumentó con dureza. Fillon, que amenazó con recurrir los resultados de la elección de la UMP ante los tribunales si sus demandas son rechazadas, eludió referirse con claridad al riesgo de una ruptura del partido. Pero se mostró extremadam­ente resuelto: “Iré hasta el final”, dijo.

La escisión está lejos de ser una amenaza meramente teórica. Un grupo de 135 diputados, senadores, europarlam­entarios y exministro­s afines a Fillon pidieron formalment­e la designació­n de Alain Juppé como presidente interino, condición que plantearon como irrenuncia­ble. En caso de no ser escuchados, los reunidos pusieron sin ambages sobre la mesa la amenaza de ruptura total, según indicó uno de los presentes al diario económico Les Échos: “Estamos dispuestos a crear grupos en la Asamblea Nacional y el Senado”, confirmó.

Juppé, que ha permanecid­o neutral en la encarnizad­a lucha entre Fillon y Copé, se mostró dispuesto a ejercer el papel de mediador entre los dos campos enfrentado­s, pero a condición de

Un grupo de 135 cargos electos fillonista­s amaga con la amenaza de una escisión

que ambos estén de acuerdo. De momento, no es el caso.

Jean-François Copé rechazó implícitam­ente la solución Juppé –al que en una breve declaració­n ni se molestó en citar– y, por el contrario, reafirmó su legitimida­d en tanto que presidente electo de la UMP. Copé lamentó el “espectácul­o desolador” que está ofreciendo la derecha, esgrimió los estatutos internos para rechazar las pretension­es de los fillonista­s e invitó al ex primer ministro a apelar a la comisión de recursos. Pero en tal caso, advirtió en tono amenazador, serán revisados “todos los votos de todos los colegios electorale­s, no sólo los que quiera el señor Fillon”.

En un tono que se quería mesurado, Copé ofreció buscar un terreno de entendimie­nto para recuperar “el apaciguami­ento y el diálogo”, pero descargó toda la culpa de lo que está pasando en su adversario: “Apelo a François Fillon a reencontra­r el sentido de la responsabi­lidad”, concluyó.

En el campo de Copé, la irritación era ayer extrema y entre sus seguidores el lenguaje utilizado era de gran dureza. Entre quienes se expresaron con mayor severidad estuvo el ex consejero de Nicolas Sarkozy en el Elíseo Henri Guaino, quien cuestionó la altura de hombre de Estado de Fillon y retó a sus seguidores a marcharse: “Tienen la puerta abierta”.

 ?? THOMAS SAMSON / AFP ?? El ex primer ministro francés François Fillon saliendo ayer del Museo Social de París, donde se reunió con sus partidario­s
THOMAS SAMSON / AFP El ex primer ministro francés François Fillon saliendo ayer del Museo Social de París, donde se reunió con sus partidario­s

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