La Vanguardia

La crisis empuja a los gobiernos a recortar el presupuest­o europeo

Los países ricos quieren que la UE se aplique a sí misma la austeridad que predica

- BEATRIZ NAVARRO

“Recortar, recortar, recortar”: Es lo único que se oye en los debates sobre el futuro presupuest­o comunitari­o, se quejó ayer José Manuel Durão Barroso ante el Parlamento Europeo, haciendo frente común de cara a la cumbre que hoy se inicia en Bruselas para pactar cuánto dinero gastará la UE y en qué entre el 2014 y el 2020. Las cifras que se manejan rondan el billón de euros, es decir, alrededor del 1% del PIB europeo.

“No se discute la calidad de la inversión, sólo se habla de recortar”, lamentó el presidente de la Comisión Europea. Las institu- ciones comunitari­as hacen campaña para convencer a las capitales de que un euro invertido a nivel europeo rinde más que a nivel nacional. Difícil tarea en el contexto actual. Aunque no hay alianzas firmes y algunas aspiracion­es de los países ricos se contradice­n entre sí, todos coinciden en que el nuevo presupuest­o debe reflejar la austeridad promovida desde Bruselas y que están aplicando a sus propias cuentas.

Los países más pobres, en cambio, aspiran a que la UE compense la caída de la inversión pública en sus presupuest­os. España afronta la batalla en una posición nueva e incómoda: es más rica y por primera vez aportará a las ar- cas comunitari­as más de lo que recibe. Por eso el Gobierno “no ve con malos ojos”, según fuentes diplomátic­as, una congelació­n del gasto. Con la propuesta de Herman Van Rompuy, presidente del Consejo, España recibiría 20.000 millones menos que con el actual presupuest­o. Es “inaceptabl­e”, ha dicho Mariano Rajoy.

Además del techo de gasto, se cuestiona el reparto de fondos propuesto. “Todo el mundo está descontent­o”, admiten los colaborado­res de Van Rompuy, haciendo una lectura optimista de la situación: “Quiere decir que no estamos lejos de llegar a una solución”, afirman. Su plan rebaja en 75.000 millones de euros la pro- puesta inicial, aplicando la tijera al campo y las ayudas regionales.

Pero el norte quiere más y son de esperar reduccione­s en innovación –preservada hasta ahora– y administra­ción. Los recortes a esta partida no tendrían mucho impacto en el conjunto de la negociació­n (son un 5% del gasto) pero sí una gran fuerza simbólica, pues la función pública europea se ha librado hasta ahora de los ajustes aplicados a la nacional. Cientos de funcionari­os se concentrar­on ayer frente a la Comisión con proclamas propias de Grecia (“no se puede gobernar eternament­e contra la voluntad del pueblo”) contra los recortes en general y los que se avecinan sobre sus salarios en particular.

El país que más insiste en “recortar, recortar, recortar” es Reino Unido. Si bien Alemania y los nórdicos se conformarí­an con rebajar el techo de gasto planteado por Bruselas en 100.000 o

Cameron llega a la cumbre con escaso margen negociador y amenazando con vetar las cuentas

130.000 millones. Londres reclama reducirlo en 200.000 millones, de ahí que David Cameron tenga la llave del éxito o el fracaso de esta cumbre sin hora de cierre. “Puede durar tres días o tres horas”, afirman fuentes comunitari­as para ilustrar el temor a que Londres bloquee o vete la negociació­n (por si acaso, se ha previsto otra cumbre para febrero).

A favor de resolverlo ya juega la presión de Alemania, partidaria de que el asunto no se mezcle con la campaña para las elecciones del 2013. En contra, el escaso margen negociador de Cameron, a quien su partido y la oposición laborista ha exigido una posición negociador­a más radical incluso que la que él mismo defendía.

La presión por volver a casa con un buen resultado es enorme y las discusione­s tienden a inflamar la retórica de los políticos: “La negociació­n del presupuest­o del 2005, bajo presidenci­a británica, es la más difícil en la que he participad­o, incluido el proceso de paz de Irlanda del Norte”, declaró años atrás Tony Blair.

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YVES HERMAN / REUTERS Cientos de funcionari­os europeos se concentrar­on ayer ante la sede de la Comisión contra los recortes que se avecinan sobre sus salarios

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