La brecha y las metas necesarias
El exceso de gases invernadero arrojados a la atmósfera amenaza el acuerdo global mundial (Durban, Sudáfrica) para que la temperatura no aumente más de dos grados. Y, además, abre una brecha cada vez mayor entre las emisiones de CO2 y las metas acordadas o deseables. La humanidad emite ahora 50 gigatoneladas anuales de CO2 (52.000 millones de toneladas); y al paso que va, en el 2020, se alcanzarían las 58 gigatoneladas. Con las promesas hechas por los gobiernos se lograría, en el mejor de los casos, una reducción del CO2 a 52 gigatoneladas; pero, para estabilizar el sistema climático, estas deberían ser de sólo 44 gigatoneladas. Así, son necesarios nuevos acuerdos para recortar 8 gigatoneladas más anuales. Esta fue la explicación dada ayer por Achim Steiner, el director ejecutivo del Programa para el Medio Ambiente de la ONU (Pnuma). “Mientras los gobiernos trabajan para negociar un nuevo acuerdo internacional sobre el clima (que debe entrar en vigor en el 2020) se necesita urgentemente que pongan sus pies en el acelerador”, dijo. “Lo más preocupante es que la transición hacia una economía baja en carbono, la economía verde, es demasiado lenta. La inacción encarecería los costos de un 10% a un 15% más a partir del 2020 si los recortes de emisiones necesarios se retrasan”, alertó. La ONU aboga por mejorar la eficiencia energética y fomentar el transporte público, y apuesta por las renovables como receta para mitigar el cambio climático.
Las energías renovables son “indispensables” para combatir el cambio climático, indicó ayer Faith Birol, economista jefe de la Agencia Internacional de la Energía. Birol juzgó “legítima” la revisión de los incentivos a las renovables que muchos países occidentales están haciendo dada la crisis. Pero “también hay que pensar a largo plazo, porque esto tiene implicaciones sobre la competitividad futura y el desarrollo de estas tecnologías”, subrayó.