Las voces de Conxita
Se acaba de proyectar en el Petit Palau el documental Conxita Ba
dia no existeix, en una sesión que presidida por elocuentes palabras del Conseller Mascarell, resultó un homenaje –a sala llena– a la gran cantante. La voz de la soprano Conxita Badia (1897-1975) son muchas voces. Es la voz de una cantante singular y casi única, de la que los jóvenes deberían aprender mucho; es la voz de una generación de músicos catalanes que se formaron entre los modernistas e impulsaron la modernidad; es la voz de un momento imponente de la cultura; es la voz de los exiliados, y de alguien que con gran esfuerzo, ante las contingencias de la Guerra supo llevar adelante una encantadora familia; es la voz del compromiso con el arte y la sociedad y su cultura; es la voz de la sensibilidad. Una voz que acaricia, dice su discípula Montserrat Caballé en el documental ahora presentado, dirigido por Eulàlia Domènech. Y que une la música y la poesía, como señala el estimado Ainaud de Lasarte, subrayando su capacidad para la dicción, un ejemplo que se debería retomar.
La voz de Conxita es contemporánea de otras grandes cantantes catalanas que compartieron el mundo. Conxita Supervía, Conxita Callao, María Barrientos, pero ella representaba la canción, el lied, la parte más íntima y uno de los grandes patrimonios de Catalunya. Pero fue más que una excepcional cantante. Falla le decía que cuando ella tocaba Granados al piano, le parecía escuchar al maestro desaparecido. Y el mis-
La cultura rinde homenaje a la soprano Conxita Badia y proyecta en el Palau el filme sobre su figura
mo Granados, que concluía sus canciones después de escucharlas en su voz. Y fue siempre un revulsivo para los compositores: su archivo en la Biblioteca de Catalunya está lleno de testimonios de los más importantes músicos catalanes, españoles, argentinos... que compusieron para ella. El mismo Toldrà esperó once años, hasta su regreso del exilio en Argentina, para estrenar en el Palau de la Música en memorable concierto de rentrée La rosa
als llavis. Y significativos políticos la admiraron, desde Ventura Gassol, que en prisión escribió un poema a ella dedicado y musicado por Gerhard, hasta el Cambó del exilio, que la ayudó tanto como a Manuel de Falla, y que recuerda emocionado aquel canto colectivo del Virolai guiado por la voz de Conxita en las fiestas de la Mare de Déu de Montserrat en Buenos Aires.
Sus biógrafos, como Joan Alavedra –deberían citarse los trabajos realizados ya que un documental es en el fondo una monografía– certifican que “L'estada de Conxita a l’Argentina esdevé una apoteosi”. Gracias a ella, decían, El noi de la mare se hizo tan popular como el Ave María de Schubert. Y atención, era un momento en que allí trabajaba Erich Kleiber, por ejemplo, y bajo la dirección de Fritz Buch cantó fragmentos del Wozzek en 1942.
El documental, auspiciado por Televisió de Catalunya y mecenazgo, que TV3 emitirá próximamente, está protagonizado por Mariona Agustí, hija de Conxita, que cuenta sus recuerdos con exquisita naturalidad y sensibilidad, y muestra imágenes de cine –algunas emotivas– donde se ve y se oye a la gran cantante, que en su exilio de los cuarenta dio voz a canciones, además, de dos filmes comerciales.