Mozart, ‘vivace e divertente’
Espectacularidad musical en la relectura de René Jacobs de ‘La flauta mágica’; el Palau propone al batuta ampliar el proyecto artístico
Sin necesidad de viajar a Salzburgo y hacer la visita de rigor a la casa natal de Mozart o la que a posteriori adquirió su familia en un área más pudiente de la ciudad, el público entusiasta del compositor alemán y de las interpretaciones musicales fieles a su espíritu puede ver colmado su paladar historicista con la aproximación que de La flauta mágica hace René Jacobs en versión concierto. Relectura que podrá escucharse por primera vez en España mañana, en el Palau de la Música, dentro del ciclo Palau 100, y con Jacobs dirigiendo la Akademie für Alte Musik Berlin y el RIAS Kammerchor.
El acontecimiento ha dado lugar, por lo pronto, a un proyecto artístico del Palau con Jacobs: el batuta ofrecerá bajo estas premisas de repesca las óperas de Da Ponte con Mozart ( Le nozze di Figaro, Così fan tutte y Don Giovanni) en temporadas consecutivas, de la 2013-14 a la 2015-16. De momento, ya se ha sumado Tolouse a la iniciativa del Palau, que contará con las voces del Cor de Cambra.
“La idea es hacer estas óperas en concierto, pero no únicamente, porque los cantantes actúan delante de la orquesta, detrás de ella, incluso dentro... Jugamos con eso y pretendemos además que el público pueda leer la traducción del texto, lo que resulta mucho más fácil en concierto, cuando no existe el imperativo de la imagen. Si queremos volver al origen, hay que recordar lo inspirado que estaba Mozart por los libretos de Lorenzo Da Ponte”. René Jacobs explica con detalle a La Vanguardia en qué ha consistido la investigación, especialmente la del cuento infantil que es La flauta mágica, con texto de Emanuel Schikanede.
En esta relectura, el director de orquesta belga hace una restitución de la obra en su contexto histórico, para situarla tal y como podría haber sonado en su estreno. Para ello echa mano de una dramatización complementada con tintes de humor –incluidos ruidos hasta ahora inimaginables en el contexto de los tradicionales auditorios–, y se concentra en la veracidad de los recitativos. Todo ello respetando el tempo original de la partitura que con la irrupción del romanticismo tendió a la ralentización.
“Es interesante recordar que Mozart trabajaba conjuntamente con el libretista, usando la expresión ‘concepto global’, lo que significa que todos los diálogos que aparecen en la obra hay que tomárselos en serio. No son recitativos, ¡sino diálogos!” . Y si mientras las óperas de Da Ponte tie-
Durante temporadas consecutivas, Jacobs ofrecerá en el Palau las óperas de Mozart con Da Ponte “Los de ‘La flauta’ no son recitativos, ¡sino diálogos! Hay que tomarlos en serio”, dice el director
nen claro el significado, en la Flauta conviven varios. “Incluso Goethe manifestó que le encantaba, pero que era una ópera muy oscura, con muchos niveles de significado. El más importante –sigue Jacobs– es la crítica a la religión como institución. Es lo que Mozart pretendía. Él era reli- gioso, aunque no practicaba, y por eso pertenecía a la secta prohibida de la masonería. En el siglo XVIII, cuando el emperador de Viena temía una revolución francesa, Mozart lanzaba la idea de un Zoroastro, que no era un Jesucristo, solo un ser humano imperfecto que representaba la religión no basada en la Biblia”.
Pero vayamos al lenguaje musi- cal: en el libreto de La flauta mágica abundan las indicaciones de sonidos: “Aquí puede oírse un pájaro”... Además, Jacobs se congratula de contar con testimonios de instrumentistas que tocaron a las órdenes de Mozart a finales del XVIII, y que pueden dar fe de que bien entrado el XIX se interpretaba dos veces más lenta.
“El segundo marido de la viuda de Mozart asegura en la biografía que escribió sobre el compositor que el aria Ich fühl’s de Pamina se toca con un tempo demasiado lento. Yo no lo doblo, pero sí lo hago más rápido, porque es agitato: ella es muy infeliz y su corazón palpita más rápido de lo normal. Por otra parte, muchos musicólogos dicen que Mozart no siguió las indicaciones del libreto –añade Jacobs–, pero yo me inclino por pensar que hay muchos ruidos que la orquesta no puede hacer, como en la escena de Pamina y Papagueno dentro de la pirámide... Aquí lo hacemos cuando lo pide el libreto, de forma natural, no con instrumentos electrónicos. Me parece divertido hacerlo con percusión, pero no sé si se hacía así entonces”.
Jacobs estrenó esta Flauta en el 2006, en Aix-en-Provence, y la retomó en el 2009 en París, con gira por Berlín, donde la grabó. Antes de llegar a Barcelona, ha recalado en Amsterdam, Bruselas y Roma, y el domingo, en Lisboa.