Itinerarios subjetivos
ADRIÀ ATTARDI VILLAR
Apesar de su aparente caos, las ciudades responden a un determinado patrón, en cierta forma rígido, que acaba marcando el com- portamiento de quienes viven en ellas. Por contra, las líneas del deseo representan todo lo contrario: la ruptura con el orden urbano preestablecido buscando itinerarios alternativos con los que redescubrir nuestras calles y plazas.
Esta es la piedra angular de la exposición Líneas del de
seo, organizada por el Espai Cultural Caja Madrid de Bar- celona, que hasta el próximo 28 de diciembre permite conocer las propuestas alternativas en este sentido de doce artistas internacionales.
Un ejemplo: las calles neoyorquinas están plagadas de pequeñas placas –prácticamente imperceptibles– que advierten sobre dónde acaba la acera y empieza una propiedad privada. Durante su estancia en Nueva York, la artista Francisca Benítez quiso inmortalizar este símbolo inequívoco del modelo capitalista frotando con granito sobre papel las distintas placas, convirtiendo su proceso creativo en parte del espectáculo. “Quise dejar constancia de esta obsesión por separar lo público de lo privado, teniendo en cuenta que todo esto puede acabar bajo el agua de aquí a unos años”, ironiza Benítez en referencia a la posible subida del nivel del mar en la ciudad.
De esta muestra multiplataforma también destacan la ilustración del fracaso de la utopía comunista, recogida por Filipa Cesar en un recorrido filmado por una de las avenidas más significativas del Este de Berlín; y los murales de Laura Oldfield Ford, que combinan imágenes del Raval barcelonés con escenas inspiradas en las manifestaciones más recientes que ha acogido el centro de la ciudad. Un ejemplo de cómo la acción humana consigue transformar el paisaje.