LA NIEVE COMO FORMA DE VIDA
Andorra es mucho más que el país de los Pirineos, como reza su lema. Es un lugar entregado a la nieve y a las actividades de invierno, que vive dispuesto a ofrecer la mejor y más completa experiencia al visitante, que siempre encuentra lo que estaba busca
Es un país pequeño, pero la especialización de Andorra en el turismo de invierno y el acierto que, año tras año, ha mostrado a la hora de invertir y apostar por una forma de vida y un estilo donde la nieve lo es casi todo han transformado al país de las compras de hace algunas décadas en uno de los destinos predilectos de e s quiadores y snowboarders. Y no es por casualidad.
Dividida en dos grandes dominios esquiables, Vallnord y Grandvalira, Andorra vive una curiosa competición fratricida por ser la mejor estación del país. Ambos dominios han crecido a la par, en esa pugna sana que los ha hecho mejores a ambos, logrando que muchos aficionados sólo tengan la duda de qué forfait comprar ese fin de semana, el de Grandvalira o el de Vallnord. De lo que no dudan es que Andorra es uno de los destinos punteros en los Pirineos.
VALLNORD
Formado por tres sectores distintos, Vallnord es un dominio bien estructurado, en el que los aficionados saben hacia dónde encaminar sus esquís y sus tablas para vivir un tipo u otro de experiencias. Así, en el sector Arcalís, ubicado en el valle de Ordino, la parte más alpina de todo el dominio, se encuentran algunas exclusivas zonas de
freeride con una extraordinaria nieve virgen. Aquí está, posiblemente, la mejor nieve del Principado, con un telesilla propio que asciende a 2.625 metros, en la zona de Creussans, pensado para freeriders experimentados y bien equipados.
Los sectores de Arinsal y Pal, al otro lado de Valls del Nord, también cuentan con otras áreas de freeride, como la de La Capa, en Arinsal, donde las pendientes son de las que cortan la respiración, o La Comellada, en Pal, que es una zona de bosque en la que los freeriders se encontrarán más arropados.
En Arcalís, además, se encuentra la pista de debutantes más larga del país, con 8 kilómetros, y una ideal zona familiar de reciente inauguración. Los otros dos sectores, Pal y Arinsal, son la perfecta combinación entre esquí familiar y ambiente más movido. Mientras que Arinsal es la estación con mayor desnivel, superando los 1.000 metros, y goza de un animado ambiente nocturno, Pal son zonas boscosas y pendientes más suaves, ideales para una tranquila jornada familiar.
GRANDVALIRA
Al otro extremo del país, Grandvalira es un dominio tre-mendo. Los 93 kilómetros esquiables de Vallnord quedan empañados por los 210 de su vecino, repartidos en siete sectores distintos. Una auténtica mega-estación. Por eso, aquí las posibilidades para el aficionado a la nieve son infinitas. Ya no sólo por la diversidad de zonas y pistas de todo tipo y nivel, que, obviamente, encontrará en una extensión tan grande, sino por las actividades complementarias que ofrece Grandvalira.
Encamp es el sector más cercano a España y ofrece una de las panorámicas más espectaculares del Principado, desde la zona de Solanelles. Canillo es un sector muy familiar, gracias a unas pistas asequibles, ideales, también, para debutantes. El Tarter es sinónimo de experiencias extremas de día y de noche: freeride, freestyle, ambiente nocturno… Como en Soldeu, que es el centro del dominio y dispone de pistas anchas y descensos de excelente nieve, junto con un puñado de animales locales nocturnos. Grau-Roig es la exquisitez de unos paisajes que son naturaleza pura, mientras que Pas de la Casa tiene una variedad de vertientes y niveles en pistas que también se refleja en los pubs, ideales para seguir la fiesta.