Divorcio sobre el derecho a decidir
La posibilidad de que Catalunya pueda celebrar una consulta de autodeterminación para decidir sobre su futuro, y las consecuencias que tendría, centró el bloque del debate sobre la relación entre Catalunya y España. El divorcio de posiciones fue total sobre el ejercicio del derecho a decidir y, por descontado, sobre el sentido que le daría cada uno de los tres candidatos.
CONSULTA. Artur Mas defendió que el 25-N “está sobre todo en juego si el pueblo de Catalunya tiene el derecho a decidir” y, por tanto, podrá ejercerlo a través de la convocatoria de una consulta, y pidió a sus oponentes que suscribieran este principio aunque en el momento de celebrarla votaran en contra. Pere Navarro se pronunció a favor de realizar una consulta siempre y cuando fuera “legal y acordada”, pero no aclaró, como le reclamaba el candidato de CiU, si le serviría un marco legal catalán si no era posible dentro del español. “Elaboremos un informe jurídico” para dilucidarlo, propuso el aspirante del PSC. Y Alicia Sánchez-Camacho resaltó que “el derecho a decidir está previsto en la Constitución y lo ejercen todos los españoles”, de manera que el caso de Catalunya “no es como Escocia” y lo que cuenta “son las reglas del juego democrático”. Una posición que Mas interpretó como una negativa a que los catalanes puedan ejercer el derecho a decidir.
ESTADO PROPIO. El candidato de CiU explicó que cada cual podría defender su “legítima posición” en la consulta, en la que él se inclinaría por el Estado propio. Sánchez-Camacho le reprochó que en realidad esté buscando la independencia y le recordó precedentes negativos sobre su propósito: que después de la consulta en Quebec el 1995 “se marcharon muchas empresas y ahora el 70% de la población no está a favor de la independencia” y que en Escocia “el respaldo a la independencia ha bajado del 45% al 22%”. “Va insistiendo en la consulta, pero usted va hacia la independencia”, se sumó también a la misma tesis Navarro, convencido de que “nos equivocaríamos si levantásemos fronteras con España”.
EUROPA. Navarro reprochó a Mas que diga que quiere un Estado propio dentro de la Unión Europea (UE) cuando los tratados no lo permiten. “¿Quién tiene razón, los tratados o usted?”, le preguntó, y al respecto le recordó que el propio Josep Antoni Duran Lleida había dicho “que el veto existe en la UE y que no podía engañar a la gente”. Una tesis que también compartió SánchezCamacho: “No engañe, no diga que Catalunya quedaría dentro de la UE”, le espetó al candidato de CiU, al que de todos modos le preguntó qué le pasaría a Catalunya, de alcanzar el Estado propio, en el interregno entre la salida de la UE y la petición de reingreso. “No engañamos”, replicó Mas, que subrayó que “no hay precedentes de un caso como es- te en la UE” y que, por tanto, “la decisión tendría que ser política, como lo fue en el caso de la reunificación de Alemania”. PROYECTO DE PAÍS. Mas cree que se ha agotado una etapa muy larga de relación entre Catalunya y España y que ahora “está en juego el derecho a decidir de los catalanes” y se declaró “absolutamente comprometido a convocar la consulta durante los próximos cuatro años dentro de los marcos legales”. Navarro se situó entre “el independentismo de Mas y el inmovilismo de Camacho” y pro- puso “una reforma de la Constitución que recoja la identidad diferenciada de Catalunya, clarifique las competencias, cambie el Senado y alumbre un sistema de financiación transparente que garantice la ordinalidad”. Y la candidata del PP abogó por “la revisión a fondo del Estado autonómico y la profunda reforma de la financiación”, a través de un modelo que no detalló pero que aseguró que supondría un gran avance para Catalunya, y lamentó que Mas no aceptara la oferta en la reunión con Rajoy en la Moncloa.