El pulso de Londres marca la cumbre de la UE
El drástico recorte que exige Cameron va más allá de la austeridad que pregona Merkel
La cumbre de la UE que se inició ayer está marcada por el desafío de David Cameron, que quiere imponer a sus 26 socios un drásti- co recorte presupuestario. La postura aparentemente inflexible de Londres lo enfrenta a la canciller Merkel.
Debería ser un uno para todos y todos para uno, Europa. Pero la cumbre iniciada ayer en Bruselas, llamada a pactar el nuevo presupuesto europeo, parecía anoche más bien un 26 contra uno y uno contra 26: David Cameron, con una posición negociadora en apariencia inflexible, contra las diferencias más o menos solventables de todos los demás líderes de la UE.
Está en juego alrededor de un billón de euros para gastar en siete años (2014-2020) en 27 países, una cantidad abultada en términos absolutos, pero no tanto si se compara con el PIB europeo: supone apenas un 1%, aunque las negociaciones para decidir su uso tienen siempre una fuerte carga política. La consigna de Cameron es que el presupuesto de la UE debe reflejar los vientos de austeridad que soplan en el continente y en la isla. A su modo de
ESPADAS EN ALTO El debate afecta sólo al 1% del PIB de la UE pero tiene una fuerte carga política LAS TIJERAS DE CAMERON Londres quiere bajar el gasto agrícola, regional y las inversiones en redes
ver, esto significa una congelación del gasto en términos reales que le permita contribuir menos al presupuesto europeo y seguir recibiendo cada año de Bruselas el llamado cheque británico, que compensa históricamente su excesiva contribución al presupuesto comunitario.
La rebaja de 80.000 millones propuesta por Herman van Rompuy, presidente del Consejo y árbitro de la negociación, sin embargo, “no va lo suficientemente lejos, se puede hacer más para frenar el gasto”, declaró tras su entrevista bilateral. Alemania, Holanda, Suecia y Dinamarca también quieren más recortes, de entre 110.000 y 130.000 millones, pero no hasta el extremo que reclama Londres, que tiene en su punto de mira el gasto en administración y política exterior, pero también en partidas identificadas con el crecimiento, como las inversiones en redes de
transporte, energía e internet. La cita arrancó a las nueve de la mañana con una ronda de encuentros bilaterales, 27 en total, liderada por Van Rompuy. Sólo a las once de la noche les invitó a pasar a la sala de reuniones, mientras empezaba a circular una propuesta de compromiso, sujeta anoche a negociaciones técnicas. El nuevo texto suaviza los recortes iniciales en agricultura y cohesión con tijeretazos en competitividad y política exterior. Ni rastro, de momento, de los recortes que Cameron desea ver aplicados a los eurofuncionarios. Los líderes acordaron reunirse de nuevo hoy: si hay visos de acuerdo, la cumbre continuará, quizás hasta el sábado.
El presidente francés, François Hollande, llegó a la cita con espíritu constructivo, tendiendo la mano a Angela Merkel, aunque su afán por recortar amenaza las ayudas a sus agricultores. Los países que más reciben del presupuesto, liderados ahora por Polonia, reclaman más fondos y un mejor reparto. España, aunque en crisis, afronta la negociación por primera vez desde la perspectiva de un país rico, ya que aportará más a la UE de lo que recibe. Mariano Rajoy identificó como prioritario lograr un mejor reparto de las ayudas agrí-
PARÍS TIENDE PUENTES Hollande no apoya los recortes que reclama Merkel, pero llama al diálogo y el acuerdo NEGOCIACIONES CRUZADAS Londres desconfía de los planes de la zona euro de crear una unión bancaria
colas y regionales. Pero la clave de esta cumbre puede no estar en el Justus Lipsius, la sede del Consejo Europeo por la que merodeaban ayer los líderes europeos (la sesión formal empezó a las diez de la noche), sino en lo que se habló en Londres el pasado 7 de noviembre durante la cena mantenida entre Merkel y Cameron.
¿Acordaron no estar de acuerdo, es decir, permitir al británico apuntarse el bloqueo de la negociación que tan buenos réditos le da en Londres, y cerrar el asunto a principios del 2013? Hasta ese día, Alemania insistía en pactar el presupuesto antes de finales de año para separarlo al máximo de la campaña electoral germana. Desde entonces, ha desdramatizado las consecuencias de aplazarlo hasta el año que viene. Ayer volvió a hacerlo.
La negociación del presupuestos es ahora mismo la parte más visible de las diferencias de Londres con la UE y Berlín. El debate coincide con las conversaciones para crear una unión bancaria europea, un proyecto del que Londres quiere apartarse, pero sobre el que tiene capacidad de veto. La paciencia con Londres se agota. ¿Se puede mantener a los británicos a bordo?, se preguntó a Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo. “Los británicos saben nadar”, replicó.