Apoyo griego
Alexis Tsipras, líder de la coalición de izquierda radical griega Syriza y vedette de la izquierda europea, visitó a los trabajadores de Telefónica en Barcelona que están en huelga de hambre.
Joan Herrera buscó ayer un impulso a su campaña con la visita del hombre más adulado por la izquierda de la izquierda europea: Alexis Tsipras, el líder de la coalición radical griega Syriza, que fue la estrella de un mitin multitudinario en las Cotxeres de Sants, con unos 800 asistentes, a un día del cierre de campaña.
Tsipras, que se hizo fotos con varios fans, es el hombre que en junio tuvo en vilo a Europa cuando estuvo a punto de ganar las elecciones y mandar a la porra el programa de austeridad impuesto por la UE en Grecia. No ganó, pero logró algo que en ICV-EUiA de momento sólo pueden soñar: Syriza pasó de ser un partido minoritario, en los márgenes, a segunda fuerza y líder de la oposición, doblegando por el camino al Pasok, el partido socialdemócrata, que se había alternado en el poder con los conservadores durante 35 años. ¿Les suena?
Herrera lo dijo sin tapujos: “Aquí también tenemos nuestro Samarás (el primer ministro griego, conservador) y nuestro Venizelos (líder del Pasok), y queremos construir nuestra Syriza. El día 25 tenemos una oportunidad histórica para construir una alternativa de izquierda”, proclamó Herrera junto al “amigo Alexis”.
En una rueda de prensa conjunta antes del mitin, Tsipras advirtió que “España está en la misma situación que Grecia hace dos años” y que el país “se encamina a una tragedia”. Dijo que es hora de que “los pueblos del sur se le- vanten pacífica pero masivamente, y se unan para decir basta al rescate criminal, impuesto por los partidos tradicionales de la derecha y la socialdemocracia, que nos conduce al genocidio social”.
Preguntado por el debate soberanista, Tsipras, que “no esperaba esta pregunta”, dijo que “el pueblo catalán tiene todo el derecho a decidir”, pero advirtió sobre los partidos “hipócritas que juegan este juego para esconder su cara neoliberal entregada a los intereses del gran capital”. El izquierdista griego dijo que los carteles electorales de Artur Mas “envuelto en banderas catalanas” le habían recordado el último mitin de Samarás, ante un mar de enseñas griegas. “Pero una vez ganó se olvidó de su pueblo y entregó la soberanía del país a los poderosos. Las grandes promesas y las banderas esconden la verdad y los intereses reales de políticos como Samarás o Mas”, dijo.