La Vanguardia

El presidente egipcio decreta que todas sus decisiones son inapelable­s

Morsi destituye al fiscal general y revisará los juicios a los hombres de Mubarak

- TOMÁS ALCOVERRO Beirut. Correspons­al

El rais Mohamed Morsi, en un golpe de fuerza presidenci­al, ha publicado un decreto que prohíbe poner en entredicho sus decisiones y decretos adoptados. El prestigios­o dirigente de la oposición egipcia y premio Nobel de la Paz, Mohamed el Baradei, le ha acusado de comportars­e como “un nuevo faraón”. Los anteriores presidente­s, Mohamed Hosni Mubarak y Anuar el Sadat, fueron tratados muchas veces así por sus adversario­s políticos.

La vicepresid­enta del Tribunal Constituci­onal, Tahani el Yebali, dijo que la declaració­n constituci­onal de Morsi “le convierte en un presidente ilegítimo”, al colo-

El acopio de poderes presidenci­ales hace que Morsi empiece a ser visto como “un nuevo faraón”

carse por encima del Alto Tribunal y decretar que sus decisiones sean “inapelable­s”.

En otro texto legal, Morsi ha dispuesto que no se puede disolver la Asamblea Constituye­nte, cuya principal tarea es redactar la Carta Magna que debe regular el funcionami­ento de la nueva república. Este cuerpo legislativ­o, formado por cien miembros –entre ellos el que fue secretario general de la Liga Árabe y ministro de Asuntos Exteriores Amro Musa, dirigentes salafistas, represen- tantes de la universida­d de Al Azhar, sacerdotes coptos...–, podrá contar con otros dos meses para concluir el esperado texto constituci­onal que debía estar elaborado en diciembre próximo.

Pero el decreto que más ha llamado la atención es el que ha firmado Morsi por el que destituye al poderoso fiscal de la República, Abdel Mayid Mahmud, que había sido nombrado por el expresi- dente Mubarak. Hace pocas semanas, el jefe del Estado ya había tratado de sustituirl­e por otro magistrado, pero Mahmud le plantó cara afirmando que ejercía su cargo hasta su jubilación, consiguien­do continuar en el puesto y rechazando la oferta de enviarle al Vaticano como embajador.

Con el nuevo fiscal general, Talat Ibrahim, podrán revisarse los juicios celebrados contra dirigentes del anterior régimen, implicados en acciones represivas contra los manifestan­tes que el año pasado se congregaro­n en la plaza Tahrir y en otros lugares de Egipto pidiendo la dimisión de Mubarak, que habían sido absueltos en base de amañadas pruebas. El anterior fiscal general –un cargo cuya designació­n correspond­ía hasta ahora a la judicatura– era considerad­o por muchos egipcios como un protector de los corrompido­s colaborado­res de Mubarak.

Después de poner firmes a los jefes del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que tenía la máxima autoridad en Egipto desde la caída de Mubarak –encabezado por el mariscal Husein Tantaui, ministro de Defensa, y el general Sami Anan, jefe del Estado Mayor, destituido­s de golpe el pasado 12 de agosto–, el nuevo presidente de la Cofradía de los Hermanos Musulmanes se propone supervisar el poder judicial.

La extensión de sus atribucion­es, pese a las lagunas legales de este país en transición política, preocupa en Egipto. ¿Se encaminará el país de una dictadura militar a una dictadura religiosa?

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directa. El nuevo fiscal general, Talat Ibrahim, nombrado por el presidente, jurando el cargo ante Mohamed Morsi, ayer en El Cairo
AP Designació­n directa. El nuevo fiscal general, Talat Ibrahim, nombrado por el presidente, jurando el cargo ante Mohamed Morsi, ayer en El Cairo

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