Un espectro nos visita
Un espectral Tejero, caricatura embalsamada de la arrogancia militar, ha denunciado a “Arturo” Mas “por sus continuas y reiteradas pretensiones secesionistas”. Tejero califica de “pecadores” a Mas, Pujol y Duran. Lamenta el “silencio permisivo” de los poderes del Estado. Y sostiene que los que apoyan el “contubernio” de Mas han sido “envenenados” en su etapa educativa. Un tipo esperpéntico como Tejero no merecería comentario alguno. Pero sus argumentos coinciden con las críticas al catalanismo que hoy son más habituales en España. La apelación al “pecado” coincide con la sacralización de la unidad; y coincide asimismo con una declaración de la conferencia episcopal que calificó de “moralmente inaceptable” la desintegración de España. En cuanto a la descripción de los catalanes secesionistas como gente “envenenada” en la escuela, Tejero coincide con la opinión del ministro Wert y con periodistas y políticos de todas las tendencias que explican el progreso del catalanismo como el resultado de un lavado de cerebro. Se ha descrito el momento catalán como totalitario. Pero se olvida que el cambio de mar-
ANTONIO TEJERO Usar la cabeza sólo para embestir
cha del catalanismo moderado es consecuencia de una presión previa: desde los años de Aznar, la visión hegemónica de España coincide con la de extrema derecha. En Catalunya existen partidos críticos con el catalanismo, pero en el resto de España nadie osa distanciarse del españolismo, percibido como “natural”. Lo que hoy sucede es consecuencia del retorno de aquella España que retrató Machado. Una España que usa la cabeza sólo para embestir.