La suerte va por barrios
Reparto desigual de los golpes de fortuna en los dos rivales
Hay cosas que no cambian aunque pasen los años. Los interminables colapsos en las arterias y rondas de São Paulo, los vidrios tintados de los coches, el asfalto agrietado, el vetusto y coqueto Interlagos en su atalaya sobre la ciudad, y las cuentas con la suerte al llegar a final de curso. ¿A quién ha sonreído más la diosa fortuna a lo largo de la temporada para llegar a Brasil en esta situación?
Quizás porque la suerte, buena o mala, es el pretexto de los fracasados, ni Vettel ni Alonso buscaron excusas en la fortuna. “Hay altibajos para todos. Tuvimos dos abandonos cada uno, por problema mecánico, por accidente o por mala suerte, pero al final es normal; veremos qué pasa aquí”, minimizaba el asturiano. “Veinte carreras son muchas, a veces tienes un poco de suerte, y otras, mala, pero es lo mismo para to- dos”, añadía Sebastian Vettel.
Si se analizan los percances que han sufrido o de los que se han beneficiado los dos pilotos a lo largo del año, se puede obtener una imagen aproximada de la balanza final. En el caso de Vettel, el mayor infortunio lo ha tenido en forma de tres averías, una por pinchazo y dos por la rotura del alternador. Sin las tres averías, el alemán probablemente habría sumado 45 puntos más: en Malasia era 4.º cuando pinchó (no pun- tuó), en Valencia iba lanzado por la victoria cuando se rompió el alternador y abandonó, y en Monza era sexto (tampoco acabó).
Las sanciones han costado al alemán la pérdida de unos 18 puntos (8 por la acción antideportiva sobre Button, de 2.º a 5.º; y 10 por quedarse sin la pole y una teórica victoria en Abu Dabi). En todo caso, las sanciones no son cuestión de mala suerte, sino de comportamiento. Y en eso Alonso este año no ha perdido ningún punto.
Donde sí sufrió el asturiano dos ceros dolorosos fue en Bélgica y en Japón, ambas por culpa ajena, cuando iba 5.º en las sali- das, lo que podría traducirse por los 10 puntos que valía la posición en aquel momento.
En el lado opuesto, ambos se han beneficiado de desgracias ajenas (sin contar lluvia ni safetycars): Vettel por el abandono de Hamilton en Singapur (lo situó 1.º) o por el trompo de Massa y Webber para escalar en Abu Dabi. Y Alonso sacó partido de la avería de Vettel y el problema de Hamilton en el pit-stop en Valencia, el abandono de Lewis en Singapur o la rotura de Webber en Austin, combinada con el favor de Massa. La suerte se compensa. Aunque a unos más que a otros.