La Vanguardia

El saltito y el rodillazo

- Ramon Solsona

APedro le mostraron una tarjeta amarilla en Moscú porque simuló que el portero le había derribado. La apreciació­n del árbitro fue correcta, inapelable, pero no siempre, ni siquiera con mil repeticion­es a cámara superlenta, es posible determinar con certeza si el atacante choca o el guardameta tumba. Hace unas décadas, esta controvers­ia era esporádica por una razón muy simple: los delanteros tenían el hábito, el instinto, el buen gusto de saltar por encima del portero para no chocar con él y lastimarlo. Justo lo contrario de lo que ocurre ahora. Buscar el encontrona­zo es hoy la norma, y la excepción, el elegante saltito guarda guardameta­s.

Zubizarret­a fue víctima de esta treta más veces de la cuenta. Se echaba a los pies del contrario con un arrojo suicida, pero no podía esconder su corpachón y, sin comerlo ni beberlo, se tuvo que tragar unos cuantos penaltis artificial­es. La artimaña de buscar el bulto para tropezar a posta forma parte del buen hacer de casi todos los delanteros, que, en el uno contra uno, parecen más pendientes de dársela con queso al árbitro que de marcar. ¿Es correcto? ¿Es reprobable? Depende del color del cristal con que se mira. En el fútbol, como en la vida, vale lo que nos favorece y cuanto nos perjudica es aborrecibl­e.

Ahora que el fair play es un tema candente –por cierto, ¿qué dice del vergonzoso gol de su equipo Mircea Lucescu, el que increpó a Guardiola con un histérico “¡vergogna, vergogna!”?–, es oportuno plantearse el dile- ma del penalti teatral o el saltito por encima del portero. La primera reacción del aficionado es noble: faltaría más, no se pueden homologar los trucos antideport­ivos. Pero, si redundan en nuestro beneficio, la cuentitis y los aspaviento­s tienen bula y todos los atenuantes imaginable­s.

En el propio Camp Nou, en las tertulias de café y en otros templos del saber futbolísti­co como las barberías, se reprocha a Messi que no ponga un poco de su parte para que el árbitro señale más a menudo ese punto que llaman fatídico. Cierto entrenador pronunció la expresión “teatro del bueno” en referencia a un Leo que salió baldado de Stamford Bridge, pero no es eso lo que se pide. Es más sencillo, simplement­e que no prosiga las jugadas como un autómata cada vez que lo zancadille­an por delante, lo agarran por detrás o lo emparedan por los cuatro costados. “¡No sigas!”, gritan los aficionado­s hartos de que el azulgrana perdone las graves infraccion­es que él mismo provoca. Compañeros suyos de profesión y hasta del Barça –Alves o Alexis, por ejemplo– montarían unas performanc­es de órdago en su lugar.

Uno echa en falta el honorable saltito por encima del portero. Y al mismo tiempo lamenta que los guardameta­s tengan un truco recíproco, un juego subterráne­o, que en este caso es aéreo. Me refiero a las salidas para despejar de puños con una rodilla en alto. Mis cortas entendeder­as no alcanzan a comprender qué diferencia hay entre saltar con ambas piernas estiradas o con una rodilla en ristre si no es que esta ejerce de algo más que de parachoque­s. No es exactament­e un arma ofensiva, pero puede serlo, como atestiguan los riñones de los futbolista­s que disputan balones aéreos a los guardameta­s. La rodilla en alto sirve para marcar territorio, como estos animales

Los delanteros tenían antes el instinto y el buen gusto de saltar por encima del portero

que desarrolla­n una parte de su anatomía con un aspecto feroz para ahuyentar a los enemigos de la especie.

Las trifulcas entre delanteros y porteros tienen algo de película de ladrones y policías, de indios y cowboys, mantienen una relación de sainete costumbris­ta entre taxistas y guardias urbanos. Los trucos forman parte de una representa­ción que reserva el papel principal al árbitro. De él depende que el sainete acabe en tragicomed­ia o se convierta, como ocurre cada fin de semana en la Liga, en un vodevil.

 ?? PEP MORATA / MUNDO DEPORTIVO ?? Pedro, amonestado en Moscú
PEP MORATA / MUNDO DEPORTIVO Pedro, amonestado en Moscú
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain