Grífols pide una refundación del Estado y amenaza con no invertir en España
El directivo dice que los problemas y limitaciones del país castran a las empresas
“O cambian las cosas, o lentamente nos iremos marchando hacia Estados Unidos”, advirtió el empresario
El presidente de Grifols, el tercer mayor fabricante mundial de hemoderivados, con unas ventas de 2.300 millones y sede en Barcelona, cargó ayer contra el colapso del sistema institucional nacido de la transición democrática por los efectos demoledores que tiene sobre las empresas españolas y advirtió que si la situación sigue deteriorándose no invertirá “ni un euro más ni en Catalunya ni en España”.
En un discurso pronunciado al recoger la insignia de oro del Instituto Español de Analistas Financieros, el empresario suscitó el aplauso de los asistentes, aunque también arremetió contra ellos por no tener conocimiento de primera mano de las empresas que analizan. Según un asistente, “Grífols dijo en el atril lo que muchos empresarios dicen en privado. Todos somos conscientes de que la crisis ya no es sólo económica y con ese nivel de incertidumbre es imposible invertir”.
Víctor Grífols preside una de las empresas más internacionalizadas del Estado, que logra ya el 92% de sus ventas en el exterior y tiene como principal mercado Estados Unidos, donde realiza la mitad de sus ventas. Así, aseguró, “no me preocupa la política, pero sí las consecuencias que se derivan de ella. Y no me veo capaz de continuar invirtiendo en España. O cambian las cosas, o lentamente nos iremos marchando hacia Estados Unidos”. El presidente de Grifols subrayó que en caso de desinvertir en Catalunya no se iría nunca a Madrid. “Antes me voy a Gibraltar”, apostilló.
Víctor Grífols afirmó que “tras 35 años de democracia, se ha roto la máquina”. Y detalló el hundimientos del Estado: la monarquía “empieza a patinar”, los sindicatos “no saben qué hacen”, el Tri- bunal Supremo es “semisupremo, porque el Constitucional le enmienda constantemente”, las autonomías “son accesorios que encima molestan” y el Senado “no se sabe para qué sirve”. “Alguien tiene que cambiar algo en esa máquina que está rota” y a la que “no se le han cambiado el aceite ni las bujías en los últimos 35 años”, remarcó. Por ello, a su juicio, el debate soberanista que vive Catalunya asume este concepto y pone de manifiesto que “hay que parar máquinas” para solucionar los problemas y volver a empezar. El empresario, en intervenciones en Estados Unidos, se ha mostrado partidario de un modelo de Estado federal, equiparando a Catalunya con California, pero no de la independencia.
Grífols destacó que haberse fundado en España es una desventaja competitiva para la empresa. “Si hubiésemos nacido en Alemania hoy seríamos más grandes que Pfizer”, su principal competidor, y aseguró que en España “hay empresas buenísimas que nacen castradas” por las limitaciones del propio país. En el mismo sentido se refirió a los jóvenes profesionales que se ven forzados a emigrar. “Hoy se dice que la gente emigra. ¡Qué coño! Son expatriados, gente a la que se manda fuera y volverá más rica de lo que era”, aseguró Grífols, que añadió: “No mandamos muertos de hambre afuera”, sino que “exportamos talento”.
Ante el conseller de Salut, Boi Ruiz, que asistía al acto, el empresario explicó el caso de su propia empresa, que se vio forzada a internacionalizarse en los años ochenta por el retraso de los pagos del Gobierno y reprochó a las administraciones que no pueden garantizar “algo tan trivial como el suministro de agua” que necesita su planta de Parets del Vallès y que le impide ampliarla.
Grífols, poco a dado a participar en actos públicos, es conocido por su estilo directo al abordar temas controvertidos. Así, ha- ce unos meses levantó otra polémica al reclamar que se permita pagar a los donantes de plasma, como en Estados Unidos, ya que ahora los hemoderivados que usan los hospitales españoles han de importarse de América. A los propios analistas financieros, de los que acababa de recibir la insignia de oro, les espetó: “Ustedes sólo miran las curvas de Fibonacci, que no sé ni lo que son, sin preguntar nada más. Grifols va bien. La próxima vez que quieran analizarnos, llámennos”.