Shinzo Abe
Shinzo Abe, del PLD, será el nuevo ‘premier’ con más de dos tercios del Parlamento
LÍDER DEL PDL JAPONÉS
El conservador Partido Liberal Democrático (PLD) logró la mayoría absoluta en las legislativas de Japón. Abe (58 años) podrá aplicar su programa sin ningún problema junto a los diputados de su socio Nuevo Komeito.
Retorno arrollador. El conservador Partido Liberal Democrático (PLD) obtuvo ayer la mayoría absoluta en las elecciones legislativas celebradas en Japón. Dispondrá de una supermayoría que le permitirá aprobar leyes sin depender del Senado. El líder del Partido Democrático (PD) y pri- mer ministro en funciones, Yoshihiko Noda, presentó anoche su dimisión como presidente de su formación tras la debacle.
Los japoneses no tuvieron piedad ayer del progresista gobernante Partido Democrático y votaron masivamente por la opción conservadora del PLD. El resultado de las urnas no admite paliativos. Los conservadores obtuvieron 293 escaños, de los 480 en juego. Un número de parlamentarios que, unidos a los 30 de su so- cio minoritario en el Senado, Nuevo Komeito, les otorga el control de los dos tercios de la Cámara Baja. Esta supermayoría permitirá a la derecha japonesa aprobar leyes sin tener que depender de la voluntad del Senado.
El PD vio reducidos los 308 escaños obtenidos en el 2009 a 57. Su presidente y primer ministro en funciones, Yoshihiko Noda, presentó su dimisión cuando aún no había acabado el recuento.
Este cheque en blanco otorga- do al PLD catapulta a su líder, el que fuera primer ministro entre el 2006 y el 2007, Shinzo Abe, de nuevo al frente de la tercera potencia mundial. Una segunda oportunidad que no es muy habitual en la política nipona.
Abe, de 58 años y perteneciente a una de las dinastías políticas más poderosas del país, tendrá las manos libres para aplicar su programa para sacar a Japón del marasmo en que se encuentra. Su plataforma incluye una postura fir- me en la disputa territorial con China, una agenda que favorece la energía nuclear pese al desastre de Fukushima del 2011 y una política monetaria ultraexpansiva de mayor gasto fiscal para atajar la deflación y la fortaleza del yen y sacar así al país de la recesión.
“Soy consciente de que lo más difícil empieza ahora”, dijo Abe en sus primeras declaraciones, en las que dio a entender que los electores, más que confiar en él, han querido castigar al PD por incumplir sus promesas electorales y ser incapaz de formar un gobierno estable. “Más que una victoria, esto es un no al PD por sus tres años y tres meses de gobierno. El pueblo nos va a calificar a partir de ahora y tenemos que demostrar que hemos cambiado”, dijo Abe. Una referencia a que el PLD perdió los comicios del 2009, tras dominar la vida política nipona durante más de 50 años, debido a los escándalos y al desgobierno.
El futuro premier tampoco dejó pasar la ocasión de dar muestras de su posición de halcón político y subrayó que las islas Senkaku (que los chinos llaman Diaoyu) “son parte inherente del territorio japonés”. Un comentario que Pekín consideró inquietante “porque puede degradar aún más las relaciones de Japón con sus vecinos”, según Xinhua.
Pero el cheque en blanco que los japoneses le han dado a Shinzo Abe tiene letra pequeña. Unas cláusulas cuya interpretación hay que buscar en la abstención y en los resultados obtenidos por los partidos de nueva formación.
La participación fue del 59,5%, la más baja de la historia y muy inferior al 70% del 2009. Un dato que da a entender el poco entusiasmo con que ayer fueron a votar los japoneses, decepcionados con el PD y conformados con el PLD. “No estoy de acuerdo con ellos, pero al menos es una formación con experiencia de gobierno”, señaló ayer un elector octogenario respecto al PLD.
Muchos otros electores, sin embargo, dieron su voto a partidos de reciente formación, que buscaban convertirse en una tercera opción frente al PLD y al PD. Este ha sido el caso del Partido para la Restauración de Japón, impulsado por el populista y ambicioso alcalde de Osaka, Toru Hashimoto, y el no menos populista y nacionalista exgobernador de Tokio, el octogenario Shintaro Ishihara. Esta organización obtuvo 54 escaños, tan sólo tres menos que el PD.