‘Viatge a la lluna’
El TNC presenta una nueva versión de Viatge a la lluna, de Xavier Montsalvatge y Josep M.ª Espinàs, un cuento infantil que ilustra sobre los instrumentos de la orquesta, que se estrenó el 11 de mayo de 1966, ante cinco mil niños de diferentes escuelas de Barcelona, Granollers y Sabadell, en el Palau Nacional de Montjuïc.
Viatge a la lluna
Autores: Xavier Montsalvatge y Josep M.ª Espinàs. Versión de Albert Guinovart y Pau Miró Intérpretes: Murtra Ensemble Lugar y fecha: TNC. Sala Tallers, hasta el 6 de enero
Este estreno en el TNC de la nueva versión de Viatge a la lluna, de Xavier Montsalvatge y Josep M.ª Espinàs, actualiza otras cuestiones de interés. Se habla estos días de la trayectoria de Juventudes Musicales de España, cuya oficina central está en Barcelona (queda claro que el Ministerio la quiera defenestrar). Y precisamente viene a cuento una de sus acciones importantes de los años sesenta, como fue el encargo de esta obra musical. Se estrenó el 11 de mayo de 1966, ante cinco mil niños de diferentes escuelas de Barcelona, Granollers y Sabadell, en el Palacio Nacional de Montjuich. Un cuento infantil con título en catalán, destinado a ilustrar sobre los instrumentos de la orquesta. Poco después, el 23 de octubre se presentó en el Palau de la Música.
Ahora, la dramaturgia de Pau Miró –superpuesta al relato de Espinas recreado– y la música de Albert Guinovart, que completa la de Montsalvatge, y un equipo de primera línea con 14 músicos, dos actores cantantes (Ivan Labanda y Xènia Reguant) y bella animación, lo han vuelto a poner en escena. Gusta a niños y adultos, y sintetiza calidad musical, claridad en la interpretación, apuesta educativa, con los instrumentos en escena bien identificables que se acercan al espectador e ilusión y simpatía en la narración en un discurso muy dinámico que mantiene la sonrisa y que no cae en la simple niñería.
La obra recrea la aventura musical-espacial de un grupo de niños que construyen con sus juguetes un cohete para ir a la luna y allí juegan, disfrutan, pasan mie- do, pierden la memoria terráquea, se sientan al borde para mirar el universo pleno de estrellas, hasta que hartos de placeres, de sorbetes y de no hacer nada, deciden regresar a casa. Y si la puesta es muy dinámica y colorida, la realización musical que es el ingrediente fundamental, ya que los músicos actúan y tocan sin partitura, es de gran calidad. A la música de Montsalvatge –en su centenario– se agregan las canciones y la gracia de las melodías de Guinovart. Buena idea de Murtra Ensemble, buena realización, y en buen momento navideño. A disfrutar, la luna está ahí...