La Vanguardia

“Disfruto de la vida con los pies en el suelo”

Tengo 58 años. Canto, presento, actúo, llevo una empresa de alimentaci­ón... Casado, tengo tres hijas de mi primera mujer, Alejandra (33), Eugenia (26) y Claudia (23), y dos hijos de la segunda, Kike (5) y Carlos (4). ¿Política? ¡Cuánto mediocre! ¿Dios? N

- VÍCTOR-M. AMELA

Kike En vez sufría de darle incesantes fármacos brotes (con epiléptico­s. sus efectos secundario­s), que respira su propio usamos CO una , vasodilata­dor, máscara con pa- la ra ¿Con que luego qué efectos? aspire oxígeno 2 a fondo.

De cien ataques al día, ninguno.

¿Qué causó la lesión cerebral de Kike? Una infección intrauteri­na por una bacteria de la que poco se sabe, la listeria. Lo sacamos con seis meses y medio: septicemia, hidrocefal­ia…, iba a morir, pero resistió.

¿En qué le ha cambiado a usted? Los viajes, los coches, el dinero, el cachondeo... están bien, pero ahora disfruto de la vida con los pies en el suelo.

Daba usted la imagen de tío frívolo, de

sex symbol. Me la sopla, cosas de los de marketing... ¡Pero afición sí tengo, ¡eh! Mi padre tiene 80 años y le gustan las de 40: eso no se pierde.

¿Qué ha aprendido de las mujeres? Son más responsabl­es y más duras que nosotros. ¡Ojalá una mujer gobernase España!

¿Cómo imagina el futuro con Kike? La obsesión es: “¿Qué será de él cuando faltemos su padres?”. Es la obsesión de todos los padres de niños con lesiones cerebrales de diverso grado. ¡Y somos muchísimos!

¿Cuántos? ¡Somos 400.000 familias en España! Y desinforma­das. Y no hay nada peor que la desinforma­ción. Por eso creé la Fundación Bertín Osborne: para ayudarlas. Ahora ayudamos a 90 familias. Quiero ayudar a más.

Hábleme de alguna. Me rompió el corazón ver a dos mellizas quinceañer­as con lesiones cerebrales, sordomudas, en silla de ruedas ¡y atadas! Sus padres hacían lo que podían, pobres. Hoy, con el tratamient­o, ya hablan, y ha mejorado la calidad de vida de esa familia.

Habrá conocido a gente muy especial. Personas como tres monjitas maravillos­as que acogen a enfermos terminales y los acompañan hasta el final. ¡Estas personas son las que tienen que salir por televisión!

Las saca en su programa. He conocido a una mujer que recibió en herencia dos casas y dinero y lo ha dado todo para que vivan sintecho. Y ella vive en una casa de acogida, ayudando, ¡y la ves feliz!

Impresiona. Hay gente que no se queja, que hace cosas, que lucha. Gente que, teniéndolo todo en contra, no se deja vencer. Como Kike.

¿Qué aprende del día a día con Kike?

Tesón, fuerza vital, cariño, ganas de vivir.

¿Recuerda cómo era usted de chaval? ¡Un animal con carnet! Equivocart­e y aprender de tus equivocaci­ones es lo bueno.

¿Cómo educa a sus hijos? “Vive y deja vivir” es mi lema, y lo aplico: jamás les he dicho a mis hijas qué tenían que hacer. Amo a mis hijos y confío.

Qué le dijo Frank Sinatra? “¡Trabaja como si no te importara no tener trabajo!”. Pasamos un fin de semana memorable, charlando de todo.

Disfrutand­o y relajado. Ha sido mi caso: rodando, rodando, he cantado, he presentado, he actuado, he montado a caballo, he sido campeón de España de pádel, llevo una empresa…

¿Qué persona le ha marcado más? ¡Mi madre! Siempre una sonrisa para todos, nunca una mala cara. Me enseñó a ayudar a los demás, me enseñó la alegría.

¿Aplica sus enseñanzas? Decía que toda mala noticia tienen un lado bueno. Y yo se lo busco. ¡Y lo encuentro!

Bravo. Y esta enseñanza me la confirma la segunda persona de la que más he aprendido.

¿Quién? Mi hijo Kike. Nació con una lesión cerebral extrema. “Será un vegetal”, dijo el médico.

Buf. Cinco años después, ¡Kike es mi campeón!: ve, oye, entiende y puede comunicars­e.

¿Milagro? ¡Ocho horas diarias de terapia durante cin-

co años! Es muy duro, pero ¡funciona! Es una terapia desarrolla­da en Filadelfia.

¿Y aquí no le dieron esperanza alguna? No. El médico fue duro: “No intentéis nada, nada funciona, ¡no hay nada que hacer! Dedicaos a otros hijos, no os esforcéis con este: dejadlo irse, no hagáis de héroes”.

¿Qué le diría hoy a aquel médico? ¡Mentira, mentira, mentira! Sí puede hacerse mucho. Y funciona. ¡Todas las lesiones cerebrales tienen mejora, todas! Mi fundación divulga esto y ayuda a otros padres.

¿Qué le dicen a usted los médicos? Premian a mi fundación, y yo les pregunto: ¿me premiáis por hacer lo que deberíais hacer vosotros? ¡Haced algo!

¿En qué consiste la terapia? Son muchas medidas de estimulaci­ón neuronal para reeducar el cerebro a interactua­r con el propio cuerpo y el entorno.

Un ejemplo. Deja a un bebé en el suelo, boca abajo, ¡y se desarrolla­rá mucho más rápido que si lo dejas en la cuna, boca arriba!

¿Y eso? Ve más cosas, intenta reptar, recibe más estímulos, ¡más que mirando el techo!

Otro ejemplo.

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MANÉ ESPINOSA

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