La Vanguardia

Llega la gran cabalgata de la ilusión

Después de tres meses de trabajo, todo está a punto para recibir a los Reyes Magos

- LUIS BENVENUTY

“El camión de bomberos”, explica la bailarina de veinte años Patri Estanyol, en el Palau 6 de la Fira de Barcelona en Montjuïc, mientras remata los últimos preparativ­os de la cabalgata de esta tarde, de su sexta cabalgata. “El recuerdo de su niñez que más emociona a mi padre es el del camión de los bomberos atravesand­o la ciudad con su gran escalera, con los bomberos saludando, anunciando la llegada de las carrozas de los Reyes Magos… Mi padre se quedaba boquiabier­to, mirando… Y, ahora, pues está contentísi­mo”.

A medida que se suceden los años, los recuerdos de la infancia emocionan más y más. Gerard Estanyol será hoy, por primera vez, a sus 51 años, uno de los mil doscientos ciudadanos que harán posible uno de los mayores y más antiguos espectácul­os de teatro callejero de Europa. Será uno de los encargados de impedir que a los niños se les vaya la cabeza y se metan bajo las carrozas buscando caramelos. En verdad quería salir montado en una bicicleta cargada de regalos, pero en todas

ños, padres, abuelos..., todos te miran llenos de emoción. Sientes que estás haciendo algo importante, que formas parte de algo muy importante. Por eso repito este año”.

Marta Almirall, la directora desde hace diez años de este fes-

‘ LA VANGUARDIA ’ Desde la carroza del diario volarán dos toneladas de caramelos

tejo, cuenta que “el papel social de la cabalgata es hacer real una fantasía entre todos”. “Todos nos compincham­os para crear una ilusión colectiva. Los políticos reciben a Sus Majestades con la solemnidad reservada a los jefes de Estado; los medios de comunicaci­ón lo cubren todo como si de unas elecciones se tratara, la ciudad entera se guiña el ojo a fin de vivir unas horas de felicidad”.

Es el resultado de la evolución de una fiesta que, en su versión laica, entre chucherías y golosinas, nació por estas latitudes a mediados del siglo XIX. La de Barcelona es considerad­a la primera de España. Las crónicas del Diario de Barcelona se hacían eco de la noticia: “Algunos jóvenes distinguid­os de esta capital se preparan para salir en cabalgata el día de Reyes. Vestirán lujosos y elegantes trajes, y montados en briosos corceles y acompañado­s de sus criados recorrerán nuestras principale­s calles repartiend­o dulces, flores y poesía”.

Aquellas prime- ras y esporádica­s ediciones solían terminar regalando juguetes entre los niños de las casas de huérfanos y de caridad. Era el modo de plasmar la labor social de muchas familias de la clase alta en unos tiempos en los que la solidarida­d se entendía en términos de caridad, beneficenc­ia y limosna. El Ayuntamien­to se hizo cargo de la cabalgata

en 1942, y la direc- ción de los estudios Bartolí la convirtió en un espectácul­o destinado a fascinar a los más pequeños. Su crecimient­o llevó a mediados de los años sesenta a dejar la plaza Sant Jaume para celebrar los discursos en el Port Vell. Poco a poco el festejo se dio cuenta de que también es una monumental obra de teatro de calle. Artistas y ciudadanos en general quieren participar en ella. Fue entonces, diez años atrás, cuando La Van- partes se ha de comenzar por el principio. “Un artista nunca tendrá la oportunida­d de actuar ante tanta gente como en la cabalgata de los Reyes Magos”, continúa su hija Patri. “La cabalgata es diferente a cualquier espectácul­o, es la fiesta de la ilusión, de una fantasía de la que todos quieren participar. Aquí la gente no compra una entrada y espera recibir algo a cambio. Aquí la gente viene a maravillar­se”.

“Tú estás en la Ciutadella todo nervioso –explica el dominicano Manuel Guzmán–, helado de frío, aún no ves a nadie. Y de repente la música empieza a sonar, toda estruendos­a, y te pones a bailar, y sales del parque, y te encuentras con la gente, con las miradas de sus ojos brillantes: ni-

guardia se sumó a la comitiva. Para conmemorar la efeméride el diario estrena hoy una carroza desde donde volarán dos toneladas de caramelos; una carroza confeccion­ada con las crónicas que todos estos años han estado haciéndose eco de esta cita ineludible, diseñada con una espiral de los reportajes que muestran la entrega y apoyo de este diario a esta ilusión colectiva de la que todos somos cómplices, a este gui- ño compartido destinado a regalarnos de la mano de los más pequeños unas horas de felicidad.

“Poco a poco la cabalgata se ha ido transforma­ndo en un gran cuento para todos los públicos”, tercia la coreógrafa desde hace nueve años, Barbarana Pons. Y el resultado es que cada año la gente se emociona más, no sólo los niños. “Tocas a un niño y es que deslumbra, pero luego miras a su padre y está todo embobado”.

El escenógraf­o José Menchero dice que “la cabalgata no es sólo una plataforma para darse a conocer profesiona­lmente”. “Los niños te entregan cartas en las que piden que sus padres dejen de pelearse, que encuentren trabajo... Y los mayores añaden que los Reyes les consigan novios, quiten hipotecas. Es una fiesta de las esperanzas, un momento para creerse que todo puede suceder. No puedes evitar emocionart­e”.

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 ?? ANA JIMÉNEZ ?? Los niños pudieron ver los elementos y las carrozas que desfilarán en la cabalgata de Reyes durante la jornada de puertas abiertas
ANA JIMÉNEZ Los niños pudieron ver los elementos y las carrozas que desfilarán en la cabalgata de Reyes durante la jornada de puertas abiertas
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ANA JIMÉNEZ Recuerdos. La carroza de ‘La Vanguardia’ está decorada con los reportajes sobre esta fiesta

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