Barcina retiene por la mínima el liderazgo de una UPN muy dividida
La presidenta navarra vence por 76 votos y el apoyo del 51% de los militantes
Por la mínima. La presidenta de la Unión del Pueblo Navarro (UPN) y presidenta foral de Navarro retuvo ayer el liderazgo de su partido tras una ajustada votación en la que que ganó al candidato aspirante, Alberto Catalán, por un escaso margen de 76 sufragios y un apoyo del 51,5% de los militantes. Un porcentaje que no hace más que evidenciar la división interna en el partido regionalista que gobierna la comunidad Foral.
La polémica de las dietas cobradas por los consejeros de Caja Navarra, y que afectaba a ambos
Tanto Barcina como Catalán, presidente del Parlamento, cobraron dietas en Caja Navarra
candidatos a liderar el partido, ha agrandado la división de una UPN que ayer mostró que está partida en dos bloques casi iguales. Catalán, que es el presidente en el parlamento navarro y que hasta ahora ostentaba el cargo de vicepresidente y número dos de Barcina en el partido, recibió el respaldo del 47,2% de los militantes que se tradujo en 795 votos por 871 de Barcina.
Un desfase entre el número de votantes y de votos (seis más) llevo a la lista derrotada a pedir un nuevo recuento que no se llevó a cabo finalmente porque ese número de sufragios no alteraba sustancialmente el resultado final. El desfase se produjo por el fallo en el sistema del registro que llevó a modificar el sistema de vota- ción para elegir la presidencia.
Junto a Barcina también fueron elegidos los candidatos que la acompañaban en la lista. la nueva vicepresidencia del partido es para Juan Antonio Sola, y la secretaría general para Óscar Arizcuren. Sola ha logrado 863 votos (51,3%) frente a los 786 (46,73%) recabados por Conchi Mateo, y Arizcuren ha contado con 852 votos (50,6%), frente a los 807 (47,9%), de Amelia Salanueva.
La renovación de los cargos de dirección de UPN, partido mayoritario en Navarra y que desde hace 17 años gobierna ininterrumpidamente en esta comunidad, se produjo en el marco del IX Congreso que los regionalistas celebraron en Pamplona bajo el lema “Centrados en Navarra”. En el congreso, la división ha sido muy patente pero acaso ha reforzado a Barcina, que se ha visto inmersa en la polémica por el cobro de dietas millonarias en los órganos de dirección de Caja Navarra.
Esta controversia pasó, sin embargo, de puntillas por el congreso porque no fue citada ni por los militantes ni por la propia presidenta. En su discurso de clausura, la líder regionalista reconoció que los últimos días han sido para ella “especialmente duros” y se mostró agradecida por el ajustado respaldo obtenido. Tal vez por el escaso margen de su victo- ria y para intentar cerrar filas con el sector ayer derrotado, Barcina afirmó no sentirse “victoriosa de nada ni sobre nadie” y se apresuró a anunciar que quiere contar en la dirección del partido con Alberto Catalán.
Si Barcina no se siente victoriosa, su rival no se ve vencido. Catalán aseguró, una vez clausurado ya el congreso, que no se sentía “derrotado” sino que tenía “la satisfacción del deber cumplido y la conciencia tranquila”.
En su discurso, Barcina dijo que los únicos que han podido salir perdiendo en este congreso no es la lista derrotada sino, dijo, son los nacionalistas vascos y sus pretensiones anexionistas. Barcina a la vez que hizo un llamamiento al PSN-PSOE para dotar al Gobierno de Navarra de estabilidad parlamentaria puesto que en esta legislatura, la UPN gobierna en minoría y requiere de apoyos externos para sacar adelante sus principales proyectos. Hace apenas unos días, y con la polémica sobre las citadas dietas en Caja Navarra, Barcina tuvo que digerir la reprobación que, como presidenta foral, recibió del resto de formaciones, además del rechazo ciudadano.
Tras mostrar su “mano tendida”, Barcina anunció que mañana mismo se pondrá a trabajar en aras de un acuerdo, “especialmente” con los socialistas pero también con aquellos partidos “que creen en el Amejoramiento (de los derechos forales) y en la Constitución”. Tras señalar que UPN está preparado para hacer de “rompeolas” frente al nacionalismo, la renovada presidenta miró al interior de su partido y dejó sobre la mesa la necesidad de apostar por la renovación, por “emprender un decidido proceso de regeneración que no tiene vuelta de atrás”.
La presidenta foral, reprobada también por la oposición, ofrece “mano tendida” a Catalán