Vladímir Putin
PRESIDENTE DE RUSIA
Putin (60), es responsable del caso Magnitski. Este abogado –fallecido en raras circunstancias en prisión en 2009– denunció la corrupción y a policías. Pese a su muerte, el juicio siguió y fue hallado culpable de evasión fiscal.
Estar muerto no parece suficiente en Rusia para que te eviten el mal trago de un juicio y, además, resultes condenado.
Hace cuatro años que Serguéi Magnitski falleció en extrañas circunstancias en prisión preventiva. A pesar de estos antecedentes, durante meses se ha seguido un juicio contra él y ayer un tribunal de Moscú le declaró culpable de “evasión fiscal a gran escala en banda organizada”.
El caso del abogado Magnitski, que antes de ser detenido denunció a varios funcionarios de policía y de impuestos por corrupción, se convirtió en un casus belli entre los legisladores de Estados Unidos, que el año pasado aprobaron sanciones contra los funcionarios rusos responsables de su muerte: negación de visado y congelación de cuentas bancarias. Una lista con 18 nombres se dio a conocer en abril pasado. Detrás de esta decisión están la campaña y los contactos del financiero británico nacido en Estados Unidos William Browder, fundador y director general del fondo de inversiones Hermitage Capital, para el que trabajaba Magnitski. El asunto se convirtió en uno de los últimos desencuentros di-
NUEVE AÑOS DE CÁRCEL El juez condena en rebeldía al financiero Browder, que llevó el caso a Occidente EN PRISIÓN PREVENTIVA Magnitski no recibió tratamiento médico adecuado y, según su familia, fue torturado
plomáticos entre Washington y Moscú, que en los últimos años intentan sin mucho éxito rehacer sus deterioradas relaciones.
A la lista Magnitski Moscú respondió con otra lista de 18 nombres a los que se prohíbe la entrada en Rusia. Ente ellos, hay antiguos responsables de la prisión de Guantánamo y personas implicadas en la condena del comerciante de armas ruso Víktor But.
Después de denunciar a los funcionarios por un fraude de 172 millones de euros, Magnitski fue arrestado en 2008 y él mismo acusado de perpetrar el crimen. Un año después, con 37 de edad, fallecía en prisión. El Comité de Instrucción ruso ha reconocido que falleció por insuficiencia cardiaca y que no recibió tratamiento médico adecuado, algo que según las autoridades se debió a la ausencia de diagnóstico correcto.
Activistas pro derechos humanos y su familia sostienen que fue torturado y que se le negó asistencia médica para silenciar sus denuncias, para que confesara el fraude fiscal y para sustentar una causa penal contra Browder. El Consejo de Derechos Humanos adjunto al presidente aseguró que había evidencias que sugerían que fue golpeado, aunque el Kremlin ha rechazado las acusaciones de tortura.
El caso se cerró judicialmente después de su muerte, pero se reabrió en 2011. El juzgado del distrito de Tverskói, en Moscú, negó la rehabilitación de Serguéi Magnitski, como pedía su familia, y le declaró culpable de evasión de impuestos. Debido a sus circunstan- cias personales, el juez Ígor Alísov no dictó sentencia.
El tribunal también halló culpable a Browder, a quien condenó a 9 años de prisión en rebeldía, ya que el financiero no ha vuelto a Rusia desde 2005.
“El veredicto de hoy pasará a la historia como uno de los más vergonzosos momentos para Rusia desde los días de Stalin”, escribió el financiero en un comunicado desde el Reino Unido, de donde no es probable que sea extraditado a Rusia.