La Vanguardia

“Vamos al garaje..., acércate, siéntate en mi regazo..., desnudarse no es malo”

- LUIS BENVENUTY Barcelona

“Vamos”, le decía al crío. Con cualquier excusa. “Al garaje”. El hombre siempre quería ir al garaje lleno de trastos. Una suerte de cobertizo, al final del paseo, en un descampado, en los estertores del pueblo, en Fulleda... Al caer una tarde de verano. Este es el relato de aquel crío. Ahora tiene unos 30 años. “Me decía que luego me dejaría conducir. Yo tenía once años... En el pueblo nos decían que no nos fuéramos con él. Pero yo quería conducir”. Entonces el hombre sacaba su cámara, y le decía ponte aquí, ponte allá, mejor salgamos fuera...

“Y luego me sentaba en su regazo, me dejaba manejar el volante mientras llevaba los pedales, mientras nos perdíamos hacia la montaña y se hacía de noche. Yo podía sentir su placer. Ya pasaron más de veinte años, veinte años enterrándo­lo todo muy den- tro de mí, pero aún puedo sentir su placer. Nos decían que no nos acercáramo­s a él, pero yo... Yo quería conducir”.

“Desnudarse no es malo”, le decía luego, en la montaña, ahora lejos de todos. “Es algo natural”, subrayaba. “Mírame a mí. Anda, acércate...”. “Primero me hacía fotos con ropa, y luego... A lo mejor me hizo 30 o 40 fotos. Cuando vi que lo detuvieron se lo conté a mi tía, y después a mis padres, y luego a la policía. Ahora quiero que se haga justicia”.

“No, siempre estuvimos los dos solos. Nunca trajo otros ni- ños. La policía me enseñó muchas fotos de las caras de muchos niños. Pero es difícil mirarlas, ¡apenas pude reconocerm­e a mí mismo! Aunque Manu me dijo una vez que se acostó con él y otro hombre. No sé si será verdad,,, Hace años que no sé nada de Manu. Fuimos amigos, pero perdimos el contacto”. Según fuentes cercanas al caso, las denuncias ya podrían sumar siete. Un familiar del sospechoso podría encontrars­e en la lista.

“Manu estuvo seis o siete años acogido por este hombre. Entonces ya se había comprado una casa en Castelldan­s, a veintitant­os kilómetros. Manu y yo nos hicimos amigos de adolescent­es. Trabajaba de jardinero. Una vez fuimos a la nueva a buscar una cosa. Fue la única vez que entré allí. Manu me enseñó la puerta de una habitación cerrada con llave en la que no podía entrar nadie...”.

 ?? XAVIER CERVERA ?? En Castelldan­s. Un columpio vacío en
una zona infantil próxima a la escuela
XAVIER CERVERA En Castelldan­s. Un columpio vacío en una zona infantil próxima a la escuela

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