Interior no ha cobrado ningún rescate desde que puso la tasa
En una semana los helicópteros de los bombers han tenido que actuar en seis casos, cinco en un mismo fin de semana
JAVIER ORTEGA FIGUEIRAL
El domingo pasado los helicópteros de bomberos de la Generalitat fueron activados en cinco ocasiones para rescatar a cinco personas: una mujer lesionada en una pierna haciendo barranquismo en Abella de la Conca, un excursionista herido en Saldes, una chica perdida en Queralbs, un montañero herido en Setcases y otro excursionista herido en Sant Quirze de Besora. Además, ayer, uno de los aparatos volvió a ser activado para buscar a un montañero en el Pedraforca. Fue encontrado, pero sin vida.
En ninguno de esos casos ni tampoco en cuantos se han producido desde que se aprobó la tasa (ver gráfico) el Departament d’Interior ha pasado la factura. Afortunadamente la prudencia parece ser lo que impera. El cobro se da solo en tres casos: no obediencia a una señalización de peligro, ir sin el equipo adecuado para realizar una actividad o poner en marcha a los equipos de rescate dando una falsa alarma.
Todas las operaciones de rescate están inscritas dentro de la orden 140/2012 del Departament d’Interior, que establece una valoración para los servicios de rescate cotizando el trabajo de cada bombero implicado en 36 euros por hora, mientras que el de cada vehículo terrestre, en 46,80. La cifra más cara es la aérea, pues cada hora de vuelo del helicóptero se calcula en 2.721,15 euros. Pocos ruidos son tan gratos para alguien con problemas en un lugar inhóspito, como el de las turbinas de un helicóptero llegando en su ayuda. Los bomberos cuentan con dos unidades aéreas dedicadas de manera casi exclusiva a la búsqueda y rescate de personas: dos Eurocopter EC-135, complementados en caso necesario por un tercero, un Ecureuil B3, con características y potencia idóneas para operar en montaña, lugar preferente de actividad.
“Tenemos un protocolo establecido en cuanto llega una llamada al 112: se deriva hacia el jefe de guardia, que decide qué recursos usar para poner en marcha un operativo”, indica Sebastiá Massagué, jefe del grupo de operativos especiales de los bomberos. “Existe una tabla de vulnerabilidad por la que se calcula cuáles
La cifra más cara de un rescate es la aérea, pues cada hora de vuelo del helicóptero cuesta 2.721,15 euros
son los medios más oportunos para atender estas eventualidades y a quiénes enviar a bordo si se activa un helicóptero, optando por llevar médico según la gravedad del caso”, comenta.
Los dos EC-135 tienen su cen- tro de operaciones en un hangar de Interior en el aeropuerto de Sabadell, junto a otros medios aéreos de la Generalitat, aunque uno pasa una media de 250 días al año con base en el helipuerto de Tirvia, instalación aeronáutica modélica en un pequeño pueblo de 120 habitantes del Pallars Sobirà. Esta cifra responde al destacamento del aparato durante todos los fines de semana y periodos vacacionales del año, incluidos los franceses, con los que se trabaja de manera muy estrecha. Para el jefe de bomberos, la situación idónea para los próximos años será tener a la aeronave que actualmente está en los Pirineos, basada en esa zona de montaña durante todo el año.
Cuando se activa un helicóptero, además del piloto del aparato (en Catalunya están pilotados por grandes profesionales con larga experiencia en montaña), viajan a bordo miembros de los GRAE (Grupo de Apoyo en Actuaciones Especiales) con tres bases diferentes: La Seu d’Urgell, Olot y Cerdanyola. Esta distribución obedece a los lugares donde es más frecuente realizar operaciones con apoyo aéreo. Aunque los aparatos cubren todo el territorio de Catalunya, hay algunas zonas donde se producen el grueso de los rescates: el Pedraforca, la zona de Montserrat y las montañas de la comarca del Solsonès.
Una vez se llega en vuelo a la zona y siempre que sea posible con el apoyo de equipos terrestres, se inicia la operación de rescate. Si no hay lugar apropiado para el aterrizaje, se utiliza la grúa, que tiene un cable de 50 metros del que se descuelga un rescatador para atender al herido e izarlo luego hasta la aeronave, mientras esta se mantiene en vuelo estacionario sobre un punto, la característica técnica que mejor define a un helicóptero. Si la lesión es grave, se vuela hasta el hospital más adecuado para la atención sanitaria; si no lo es, el vuelo termina en una zona despejada donde equipos de tierra puedan atender al rescatado.