Cardenal asume las quejas de los clubs catalanes
Tibau pide un régimen laboral especial para los monitores
Urge encontrar una vía que, sin vulnerar la ley, garantice el modelo deportivo de base. Puede parecer una aseveración hueca, una declaración de intenciones gratuita, pero no deja de ser el primer paso para tratar de salvar la forma de entender el deporte en Catalunya desde hace más de un siglo. El secretario general del Esport de la Generalitat, Ivan Tibau, no desaprovechó su reunión de ayer con el presidente del Consejo Superior de Deportes, Miguel Cardenal, para transmitirle el malestar de las entidades deportivas catalanas, que están sufriendo rigurosas inspecciones de la Seguridad Social y están viendo cómo las regularizaciones laborales de monitores y colaboradores que les exigen los inspectores están poniendo en grave riesgo su viabilidad.
“Tenemos que aceptar que las cosas quizá no se han hecho bien desde muchos clubs –reconoció el propio Ivan Tibau–, pero en lo que se refiere al deporte base y amateur, el que practican la mayoría de entidades deportivas que se reparten por toda Catalunya, debemos reconocer que en muchos casos es insostenible tener que dar de alta en la Seguridad Social a voluntarios, no profesionales, que apenas perciben 100 o 200 euros al mes para cubrir gastos”.
Tibau informó a Cardenal de la campaña que la propia Secretaría y la Unió de Federacions Esportives Catalanes (UFEC) están realizando para denunciar esta presión sobre el deporte modesto, especialmente en Catalunya. “No nos oponemos a que cualquier actividad esté regularizada, aunque bien con una interpreta- ción amplia de la ley, que singularice este tipo de actividades, o con un régimen especial que no suponga un sobrecoste para las entidades que haga viable su actividad y el desarrollo del deporte como hasta ahora”, explicó.
Aunque no realizó declaraciones al respecto, Cardenal aseguró a Tibau que entendía sus argu- mentos y se comprometió a colaborar en la salvaguarda del deporte amateur, por más que las inspecciones sean cosa del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, a menudo instadas por los propios trabajadores, y no del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
Sin peso específico, la com- prensión del Consejo Superior de Deportes no es sino un paso más en la campaña de concienciación que han decidido impulsar los representantes del deporte catalán para acabar con las inspecciones y regularizaciones hasta que se consensúe un marco regulador que garantice la continuidad de un modelo que ha llevado a Catalunya a ser la comunidad con más entidades y más licencias en la mayoría de grandes disciplinas deportivas.
Ya lo hizo el pasado junio en la Conferencia Interterritorial para el Deporte que se celebró en Pontevedra, certificando que el problema afecta básicamente a Catalunya, tanto por el volumen de clubs como por el hecho de que la Seguridad Social sólo habría actuado de oficio en Catalunya. Las inspecciones a entidades deportivas de otras comunidades en estos últimos meses han sido fruto, básicamente, de denuncias de trabajadores o extrabajadores de esas mismas entidades.
La UFEC llega a afirmar que el 80% de las inspecciones por motivos laborales en los clubs deportivos españoles se han producido en Catalunya. De ahí que organismos como el Consell Esportiu del Baix Llobregat, una de las comarcas con más entidades, haya convocado ya reuniones informativas sobre el tema y distribuya información y consejos.
Tanto la Generalitat como las federaciones catalanas ven en esta presión una clara intencionalidad política, aunque ayer el exsecretario de Estado para el Deporte con el último gobierno del PSOE, Albert Soler, avivó la polémica asegurando que había sido la propia Conselleria de Treball de la la Generalitat la que instó a la Seguridad Social a poner el foco en los clubs deportivos.