La política ultra-expansiva sigue siendo necesaria, según Bernanke
Los mercados financieros celebran el alejamiento de la “estrategia de salida”
El presidente de la Reserva Federal hasta el próximo mes de enero, Ben Bernanke, decidió ayer despejar las dudas de los mercados financieros al defender que la política monetaria ultra expansiva –con tipos del 0,25% desde finales del 2008 y un balance del banco central más que triplicado, hasta 3,3 billones de dólares– seguirá siendo “necesaria en un futuro inmediato”. Las bolsas y el oro subieron inmediatamente, tanto como cedió el dólar, al corregirse la impresión instalada en el mercado de que la Reserva Federal empezaría a reducir sus compras mensuales de hasta 85.000 millones de dólares en septiembre y las finalizaría en marzo del 2014.
El problema es que Bernanke no dirige la Reserva Federal a solas. Precisamente anteayer se divulgaron las actas de la última reunión del comité de política monetaria –los 18 y 19 de junio– , reflejando una clara división entre partidarios del presidente y defensores de empezar pronto a reducir las compras de títulos de deuda a largo plazo. Ayer, Bernanke llevó el debate a la luz pública y fue muy claro, escaldado sin duda por la ola de ventas que se desataron en los mercados financieros hace unas semanas cuando se limitó a evocar una “estrategia de salida” para la ya veterana política monetaria extraordinariamente expansiva. “Una política monetaria “altamente acomodaticia para el futuro previsible es lo necesario” dijo y fue más allá: “tanto por el lado del empleo como del de la inflación sugieren que es necesario ser más expansivos”. Pero su discurso en una conferencia en Cambridge (Massachusetts), organizada para celebrar el centenario de la institución monetaria estadounidense, fue aún más útil para despejar incógnitas sobre el manejo de una política monetaria inédita en la historia contemporánea. Entre los motivos para mantener los actuales estímulos, Bernanke, un académico especializado en la Gran Depresión y en los errores de libro cometidos por la Reserva Federal, sabe que purgar los excesos financieros e inmobiliarios es un proceso lento en el que el mayor riesgo consiste en retirar demasiado pronto los estímulos fiscales y monetarios. Así mencionó ayer que la política fiscal es “bastante restrictiva”, ante la entrada en vigor de recortes de gastos y aumentos de tasas e impuestos automáticos equivalen- tes a un 2% del PIB. Con este freno, la primera economía mundial está creciendo a un ritmo del 2% anual.
No contento con esta serena enumeración de los motivos que aconsejan mantener los estímulos monetarios sin precedentes, Bernanke insistió en el “bajo” nivel de la inflación y aventuró que la tasa de paro, “como mínimo, exagera la salud del mercado laboral”. La Fed estadounidense rompió moldes bajo el liderazgo de Bernanke cuando anunció que mantendría los tipos en el 0,25%, primero hasta mediados del 2014 y después “hasta que la tasa de paro baje al 6,5%”, supeditando la política monetaria a un objetivo de empleo, una práctica heterodoxa que indispuso a más de un monetarista. No contento con ello, fue muy transparente al explicitar que una tasa de paro del 6,5% no sería un interruptor automático para subir tipos. “No habrá una subida automática de tipos cuando el desempleo alcance el 6,5%. Puede que pase bastante tiempo después de que lleguemos al 6,5% antes de que los tipos de interés alcancen un nivel significativo”, advirtió.
Ocurre, no obstante, que los de-
“No habrá una subida automática de tipos” hasta que la tasa de paro baje al 6,5%, advierte el presidente
más responsables de la Reserva Federal tienen sus propias opiniones. Según las actas divulgadas a última hora el martes, en la reunión del 18 y 19 de junio, “algunos” miembros con derecho a voto del Comité de Mercado Abierto defendieron una pronta disminución del programa de títulos a largo plazo mientras que “bastantes” se inclinaron por esperar a que se produzcan mejoras más significativas en el mercado laboral antes de considerarlo. Según los descifradores de las actas del banco central, “algunos” podrían ser tres o cuatro responsables con derecho a voto y “bastantes”, los ocho restantes. Teniendo en cuenta el grupo más amplio –diecinueve– que participa en la reunión, con siete representantes de los diferentes distritos federales, el Comité está dividido en dos.