Cronista de la mar
Un día a bordo del ‘Gladiator’
Soplan 17 nudos de viento del sursuroeste en la bahía de Palma y el Gladiator británico navega a más de 14 nudos de velocidad, con enorme facilidad pese a su tamaño, como una gigantesca tabla de surf tripulada por doce hombres. Una tripulación con un invitado de excepción a bordo, Suso Pérez, para suerte de los lectores de este diario.
Soplan 17 nudos de viento del sur-suroeste (SSW) en la bahía de Palma y el Gladiator británico navega en empopada a más de 14 nudos de velocidad. Un TP52 planea con enorme facilidad pese a su tamaño (15,8 metros de eslora) y eso lo convierte en una gigantesca y emocionante tabla de surf tripulada por doce hombres. Con un invitado a bordo, para suerte de este cronista.
El patrón es el propio armador, el propietario del barco, Tony Langley, un millonario británico que disfruta con las regatas y se ha rodeado de un equipo de primera división. Se maneja con serenidad y en la virada de la boya de barlovento se cuela con osadía entre sus rivales para hacerse con la cuarta posición, en una flota de nueve barcos. De haber dudado, hubiera tenido que dejar pasar al menos a dos veleros que llegaban con preferencia por estribor. Pero las regatas de vela son un juego de habilidad y también de carácter.
A bordo reina el silencio. Todo el mundo sabe lo que hay que hacer, de manera que las órdenes son breves y concretas. Lo que más se oye son los crujidos del barco, construido en fibra de carbono, y los latigazos de la jarcia, el conjunto de cables que sujetan el palo y los cabos con los que manejan las velas, especialmente cuando se amolla (afloja) la escota de la vela mayor. Con el barco a la máxima velocidad posible, el patrón se concentra en timonear con precisión, de manera que es el táctico el que vigila a los rivales y le va dando indicaciones. Mientras, el navegante lleva una pequeño ordenador que le muestra los datos que sitúan al barco en la regata. Los tres forman el equipo de mando. Los demás tripulantes actúan en función de cada maniobra. Un equipo convertido en una máquina para manejar un velero que es un alarde de tecnología. Para Langley no hay nada más emocionante que esto. El Gladiator acaba cuarto en esta regata, tras haber sido sexto en la primera, pero la jornada ha sido de las que valen la pena.