Berlusconi amenaza con las urnas
‘Il Cavaliere’ exige reformar ya la justicia o celebrar nuevas elecciones
Italia vive otro momento de grave crisis institucional porque Silvio Berlusconi amenaza con jugar su última carta, la de hacer caer al Gobierno de gran coalición y forzar unas elecciones anticipadas. Aunque desde hace semanas ha insistido en que su suerte judicial era independiente de la estabilidad gubernamental, ayer por la noche parecía haber cambiado de opinión. En una reunión con sus parlamentarios, il Cavaliere habría dicho que, o se materializa la reforma de la justicia, o se debe ir a las urnas lo antes posible. Esta última opción tuvo otros apoyos en el partido.
Es imposible saber si las palabras atribuidas a Berlusconi fueron una simple bravata, para desfogarse por la sentencia del jueves del Tribunal Supremo, que confirmó la pena de cárcel por fraude fiscal, o si van en serio. Il Cavaliere habló en un tono furioso sobre la ratificación de la condena de cárcel por fraude fiscal en el caso Mediaset. Según él, “no es una sentencia” sino “un teorema que no se tiene en pie, construido sólo para eliminarme de la escena política”. “Debemos resistir y no podemos sustraer-
El primer ministro, Enrico Letta, insiste en seguir adelante y pide responsabilidad por el bien del país
nos del deber de una verdadera reforma de la justicia, por eso estamos dispuestos a elecciones”, habría afirmado según lo filtrado anoche por los medios italianos.
El viceprimer ministro y secretario del partido, Angelino Alfano, dijo que él y los colegas del Pueblo de la Libertad (PdL) que son miembros del Gabinete están dispuestos a dimitir “para defender nuestros ideales y la historia de todos nosotros”. Algunos líderes del PdL, entre ellos el expresidente del Senado –Renato Schifani– querían ir al palacio del Quirinal para pedir al presidente de la República, Giorgio Napolitano, que terciara en la grave crisis y concediera la gracia a Berlusconi, algo muy improbable, pues dañaría fatalmente la figura del jefe de Estado, que fue elegido en mayo para un segundo mandato.
El primer ministro, Enrico Letta, está decidido a seguir adelante con su amplia alianza, que tiene poco más de tres meses de vida, a pesar del terremoto político causado por la sentencia del Supremo. Il Cavaliere, hasta ayer por la noche, también había transmitido a los suyos la orden de que prevaleciera la responsabilidad ante el país.
Letta, muy en su estilo, midió mucho sus palabras. Tomó nota de la decisión del Supremo y, a la vez, no quiso incomodar al aliado Berlusconi, el cual continúa siendo el líder del centroderecha. “Estoy absolutamente convencido de que debe prevalecer el interés del país, que es también la lucha contra la evasión fiscal, y estoy convencido de que todos los partidos, hoy, deben asumir sus pro- pias responsabilidades para tomar decisiones sobre el futuro”, señaló el primer ministro, si bien alertó que no está dispuesto a tolerar dudas permanentes sobre la supervivencia de su Ejecutivo. “Naturalmente el interés no es un desgaste y no considero que continuar a cualquier coste sea bueno para el país”, puntualizó. Según Letta, sería “un delito” interrumpir la labor de la gran coalición cuando empiezan a vislumbrarse “sus frutos”.
Costará digerir la sentencia del Supremo y calibrar sus consecuencias. La primera reacción de Berlusconi fue un mensaje en vídeo, divulgado a través de una de sus emisoras, Rete 4, el mismo jueves por la noche. El ex primer ministro, en sus argumentos, se ajustó al guión de los últimos veinte años. Se consideró víctima de “un ensañamiento judicial sin parangón” y dijo que una parte de la magistratura italiana es “un sujeto irresponsable”, “una variable incontrolable”, unos magistrados que no han sido elegidos por el pueblo y que, sin embargo, asumen todo el poder del Estado y “han condicionado permanentemente la vida política”.
Aunque se le veía afectado y casi se le escaparon las lágrimas, il
Cavaliere no dio indicios de querer arrojar la toalla, sino al contrario, de recuperar el espíritu de 1994 y de incluso retomar el nombre de su primer partido, Forza Italia. “Debemos continuar nuestra batalla de libertad, permaneciendo en el terreno de juego y llamando a participar a los jóvenes mejores y las energías mejores, y junto a ellos volveremos a poner en pie Forza Italia –dijo–. Diremos a los italianos que nos den la mayoría para modernizar el país”. Berlusconi insistió en la urgencia de reformar el sistema judicial “para evitar que un ciudadano sea privado de libertad”.
La desaparición de la escena política de Berlusconi, si finalmente llega a producirse, dejaría huérfanos al ejército de políticos, altos funcionarios, periodistas y abogados que dependen de él. Son muchos los que, en los últimos 20 años, han ocupado amplias cuotas de poder y puestos muy bien remunerados gracias a su militancia política y su adhesión al líder. Eso explica también las reacciones viscerales de algunos de sus acólitos, inasequibles al desaliento, dispuestos a todo y convencidos de que Berlusconi es un luchador indestructible y saldrá victorioso también de este lance. El exministro de Agricultura Giancarlo Galan, muy próximo a il Cavaliere, aseguró que no terminará exiliado como Bettino Craxi, el fallecido exlíder socialista y ex primer ministro –íntimo amigo de Berlusconi, por cierto–, que prefirió huir a Túnez antes que afrontar la cárcel. Galan descartó que Berlusconi pueda marcharse a su mansión en la isla antillana de Antigua, aunque a veces ha bromeado con hacerlo.
A PARTIR DEL 15 DE OCTUBRE El propio Berlusconi escogerá entre el arresto domiciliario o labores sociales
La pena de un año de cárcel impuesta a Berlusconi por el caso Mediaset se empezará a aplicar a partir del 15 de octubre. Él mismo tendrá que decidir si opta por el arresto domiciliario, que res- tringirá sus movimientos, o por realizar labores sociales en alguna institución benéfica, una alternativa quizás más humillante aún. Ayer se discutía sobre cuándo se le retirará el pasaporte.
Quienes con más insistencia han criticado a Berlusconi los últimos años, como el diario La Repubblica, se sintieron eufóricos con la sentencia del Supremo. En un artículo en portada, el director del rotativo, Ezio Mauro, estuvo cruel y echó por tierra algo de lo que il Cavaliere se siente muy orgulloso. El periodista habló del “falso milagro empresarial” que propulsó la carrera de Berlusconi, ya que ahora ha emergido “su naturaleza fraudulenta”.