“Una niña escolarizada será una madre que podrá romper el círculo de la pobreza”
¿Quién es Dorlys?
Es una niña de 12 años que vive en Madagascar y tiene la suerte de poder ir a la escuela caminando sólo cuatro kilómetros.
No todos los niños pueden ir a la escuela... No, en el África subsahariana las cifras de alfabetización son muy bajas, y Dorly tiene mucha suerte porque, a pesar de ser niña y vivir en una zona rural, tiene acceso a la educación. Muchos niños –y especialmente niñas– de las áreas rurales no pueden ir a la escuela porque tienen que trabajar para ayudar a mantener la familia, tienen que encargarse de ir a buscar agua potable, o bien no tienen escuelas cerca.
¿Y La fiesta de la Dorly servirá para ayudar a estos niños?
Con la celebración queremos conmemorar el primer aniversario de la alianza entre el parque de atracciones y Unicef, que se traduce en la donación por parte de la empresa del Tibidabo de un porcentaje de la recaudación por la venta anual de entradas, y a la vez queremos sensibilizar a la ciudadanía de los derechos de los niños y concienciarlos de la importancia del acceso a la educación para romper el círculo de la pobreza.
¿Cómo se consigue romperlo?
Con proyectos como el que denominamos Escuelas Amigas. Con ellos intentamos que niños y niñas aprendan las materias básicas: leer, escribir, matemáticas, etc. Pero queremos ir más allá, y por eso creamos todo lo necesario para facilitarles que puedan estudiar, cuidar de su salud...
¿Cómo lo hacen?
Le pondré un ejemplo. Construimos pozos o puntos de acceso al agua potable al lado de la escuela, para que sean accesibles a los niños y niñas. Normalmente ellas las encargadas de ir a buscar el agua y llevarla a casa. Así, después del horario escolar, los estudiantes pueden recoger el agua y llevarla a casa sin perderse ninguna clase. Otra iniciativa son las campañas de vacunación que hacemos en los centros educativos. O las que impulsamos para enseñar hábitos básicos de higiene, como lavarse las manos correctamente, algo que en estos países pueden salvar vidas. También fomentamos que los estu- diantes que asisten a clase tengan acceso a una alimentación saludable.
Y poco a poco se rompe este círculo.
Sí, las niñas escolarizadas serán en un futuro madres que tendrán más posibilidades para romper el círculo de la pobreza ya que querrán que sus hijos vayan también a la escuela, que estén vacunados, que coman mejor... Diferentes estudios apuntan que por cada año de escolarización puede incrementar entre un 10% y un 20% los ingresos de una mujer. La educación es un derecho, pero también es una inversión.
¿De dónde provienen los ingresos de UNICEF para sacar adelante estos proyectos?
De alianzas con entidades y empresas, como ésta que firmamos hace un año con el parque de atracciones del Tibidabo, y de las aportaciones de nuestros socios. Más de la mitad de los ingresos anuales provienen de los socios.
¿Con la crisis ha descendido el número de socios?
Por suerte no. A pesar de la crisis y la grave situación general, la gente sigue siendo solidaria. En España, en 2012 más de 57.000 personas se hicieron socias de Unicef. Un hecho como éste demuestra el compromiso y la solidaridad del conjunto de la ciudadanía.