Y Miki Oca palmeó a gol
Dos décadas después, España saborea otro oro en la Picornell
UNA FIESTA AT RASADA A diferencia de hace veintiún años, la grada pudo dedicarse ayer más a celebrar que a animar
LA MEJOR Jennifer Pareja, la veterana del equipo, marcó dos goles y fue elegida MVP del torneo
Cuando Miki Oca palmeó un balón al larguero en la segunda prórroga del legendario España-Italia de la final olímpica de Barcelona, el próximo viernes hará ya 21 años, la mayor de las jugadoras de la selección que anoche conquistó el oro del Mundial, Jennifer Pareja, tenía 8 años. Ella, como sus compañeras, como todo el waterpolo español, tiene por referencia aquel partido y, cómo no, a aquel jugador que, ahora como técnico, las ha llevado en apenas un año a conquistar una plata olímpica y un Mundial.
Ellas también forman parte de esta historia. Y lo de anoche no era sino una revancha de aquel memorable partido. Una más. Una de tantas. Porque, desde aquel día, cada gran cita del waterpolo español no ha sido sino la venganza por aquella afrenta, empezando por la final olímpica de Atlanta 1996, donde España por fin conquistó ese ansiado oro, y acabando por el España-Italia de los cuartos de final que los chicos disputaron el pasado martes en el mismo escenario del crimen italiano, el de ayer: unas Picornell cuyas gradas se llenaron otra vez, con el mismo ambientazo y el mismo color de entonces, para disfrutar de una finalísima.
Anoche, Miki no tuvo que sufrir como hace dos décadas. Pese a que no dejó de dar instrucciones a viva voz desde el borde de la piscina, ayer fue todo mucho más tranquilo para él. Su equipo siempre tuvo ventaja en el marcador y el público, a diferencia de entonces, celebró más que animó. Como aquel día, la grada no se peleó por las banderas –hasta eso consigue el waterpolo– y se dedicó a disfrutar de cómo Maica abría el marcador a los dos minutos de juego en lo que era el presagio de otra venganza consumada, de cómo Jenni y Andrea traducían las superioridades en goles, de cómo Roser rompía las manos a la meta australiana para aumentar la ventaja española justo antes del descanso, de cómo Laura enviaba un balón a la escuadra, de cómo Maica remataba su actuación con un playero, de cómo Jenni –elegida MVP del torneo– sentenciaba de penalti, de cómo Pajarito detenía otro.
Desde anoche, el malogrado Jesús, Manel, Toto, Chava, Chiqui, Dani, Marquitos, Rubén, Miki... Barcelona y el waterpolo español pueden dar por fin por cerrado un ciclo.